Thursday,
August 24
GENEROUS OFFERINGS
2 CORINTHIANS 9:5-9
They have freely scattered their gifts to
the poor; their righteousness endures forever;
their horn will be lifted high in honor. (NIV)
Psalm 112:9
Thoughts of offerings bring to mind
envelopes and money that we need to bring to church. References to offerings in
the Old Testament alluded to the animal that people had to sacrifice for their
sins.
The concept of offerings as money is
basically a product of the New Testament, where it is no longer necessary to
offer sacrifices to God, because Christ offered himself on the cross. The idea
of money as an offering grew out of the need to help the needy sisters and
brothers, and to carry out the church’s mission.
Sometimes people ask me if tithing is
obligatory in the Presbyterian Church. My response has been no, because there
are no limits to offerings. Paul says you should give what your heart tells
you, without compulsion; and give it cheerfully. When you give in this spirit
you receive blessings because you will abound in every good work.
Sometimes I hear the phrase “the heart was
converted but not the purse.” When this happens, I think “it was neither the
heart nor the purse.”
Prayer: Lord, help me to support the church’s mission with my
offerings, my prayers, and sharing my spiritual gifts. Amen.
Translation: George Meek
GENEROSOS EN OFRENDAR
2 CORINTIOS 9:5-9
Reparte, da a los pobres;
su justicia permanece para siempre,
su poder será exaltado
con gloria
Salmos 112:9
Cuando pensamos en
ofrendas viene a nuestra memoria sobres y dinero que tendremos que llevar a la
Iglesia. En el Antiguo Testamento cuando se hablaba de ofrendas se pensaba en
el animal que debía sacrificar en propiciación por mis pecados.
El concepto de ofrendas
como dinero básicamente es producto del Nuevo Testamento donde ya no es
necesario ofrecer más sacrificios a Dios, porque Cristo se ofrendó a sí mismo.
El dinero como concepto de ofrendas surge por la necesidad de ayudar a las
hermanas y hermanos que estaban en necesidad; y además para sostener la misión
de la Iglesia.
En ocasiones se me han
acercado personas para preguntar si en la Iglesia Presbiteriana el diezmo es
obligatorio. Nuestra respuesta ha sido no, para ofrendar no hay límites. Pablo
aconseja que sea como uno lo sienta en el corazón, sin que le pese; es más, con
alegría. Cuando la ofrenda es en este espíritu se recibe bendiciones porque
entonces experimentamos lo que es que abunde en vosotros toda gracia.
En ocasiones he escuchado
la frase “se evangelizó el corazón, pero no el bolsillo”. Cuando esto ha
ocurrido, lo que he pensado es “ni corazón, ni bolsillo”
Oración: Señor, ayúdame a sostener
la misión de la Iglesia con mis ofrendas, mis oraciones, y el compartir de mis
dones. Amén.
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