Saturday, October 7, 2017

Saturday, October 7 WANDERING IN THE DESERT Isaiah 41:17–20

Saturday, October 7
WANDERING IN THE DESERT
ISAIAH 41:17–20

 you in your great mercies did not forsake them in the wilderness (NRSV)

Nehemiah 9:19a

Everyone passes through a desert at some point. It happens again and again in the lives of those who seek God. Often it begins with an event: a relationship is ruptured, a child leaves home and doesn’t return. For years you cherish a dream and long for it to come true, and suddenly, one day you realize that not only has it not happened, it’s not going to happen. The dream dies, and you with it. Sometimes you feel your faith has weakened. You pray; you spill your heart out before God, but there is no response. It’s not only that you are in the desert, but the desert is in you. In the desert, the only thing you can do is to hang on to the promise of life.

God has not forgotten us: He is working in the indirect desert paths in a form that we cannot see nor understand. The desert is one of the places in which God’s love is shown, strange as that may seem. The desert offers a unique opportunity to experience the depth of God’s love. Cross each desert trusting in God, for He will help us find the oasis.


Prayer: Thank you, Lord, that we may return stronger when we feel your work amid the desert. Amen.

Translation by John Potter


ANDAR EN EL DESIERTO
ISAÍAS 41:17–20

Tú, por tu gran compasión, no los abandonaste en el desierto.

Nehemías 9:19a

Todas las personas pasamos por el desierto alguna vez. Sucede una y otra vez en las vidas de los que buscan a Dios. Muchas veces el viaje por el desierto se inicia con algún acontecimiento: una relación se destruye, un hijo o una hija abandona el hogar y no regresa. Durante años acaricias un sueño, anhelas que se haga realidad y de pronto, un día te das cuenta no sólo que no ha sucedido, sino que no va a suceder. El sueño muere y tú también. En ocasiones hasta sientes que la fe se ha debilitado. Oras, derrama tu corazón delante de Dios, pero no hay respuesta. No es sólo que tú estás en el desierto, sino que el desierto está en ti. En el desierto lo único que tienes que hacer es aferrarte a la promesa de la vida.

Dios no se ha olvidado de nosotros: Él está obrando en las rutas indirectas del desierto, en forma que no podemos ver, ni entender. El desierto es uno de los lugares donde el amor de Dios se manifiesta, por extraño que parezca. El desierto ofrece un oportunidad única para experimentar la profundidad del amor de Dios. Atraviesa cada desierto confiando en Dios, pues Él nos ayudará a encontrar el oasis.


Oración: Gracias Señor, porque uno se vuelve muy fuerte cuando puede sentir tu obrar en el medio del desierto. Amén



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