Tuesday, January 9
REJOICE
PSALM 5
Let all who take
refuge in you be glad…
(NIV)
Psalm 5:11
In part of a song by
Juan Luis Guerra it says that in heaven there are no hospitals. That phrase
caught my attention, and I asked myself, “must I go to heaven so as not to hear
of infirmities and calamities?”
In our families,
churches, neighborhoods, and communities we have people who are specialists in
speaking of illness, death, misfortune and problems. Speaking of those things
isn’t bad; what I consider unhealthy is to make those issues the only subject
of conversation and reason for living. There are those who compete about the
number of pains they have, or the number of pills that they take. There are those
who rejoice in telling of their gloomiest problems to others, provided that
after telling them they’re going to receive a share of pity.
In heaven there are
no hospitals; but I can live on earth in a different way as well if I have
faith in God who gives me joy amidst problems. With the trust that God is with
me I can confront life with optimism.
How wonderful that in
heaven there are no hospitals! If there were, the same people who complain so
much on earth would be complaining there, and that would be intolerable.
Why don’t we attempt
to live more joyfully with less complaints? If God is with us, then who is
against us?
Prayer: Lord, help us to be happy amidst our problems
and daily challenges. Replace the
complaints with a song of hope. Amen.
Translated by John Walter
ALÉGRENSE
SALMO 5
Alégrense
los que buscan tu protección…
Salmo
5:11
Una
canción de Juan Luis Guerra dice en una de sus partes que en el cielo no hay
hospitales. Me llamó la atención esa frase y me pregunté ¿tengo que ir al cielo
para no oír de enfermedades y calamidades?
En
nuestras familias, iglesias, barrios y comunidades tenemos personas que son
especialistas en hablar de enfermedades, muertes, desgracias y problemas. No
está mal hablar de esas cosas; lo que considero enfermizo es hacer de esos
asuntos el único tema de conversación y la razón de la vida. Hay quienes
compiten sobre la cantidad de dolores que tienen o la cantidad de pastillas que
toman. Hay quienes se “regocijan” en contar los problemas más tenebrosos a
otras personas sobre todo si después de contarlos van a recibir una cuota de
lástima.
En el
cielo no hay hospitales, pero también en la tierra puedo vivir de una manera
diferente si tengo confianza en Dios quien me da la alegría en medio de los
problemas. En la confianza de que Dios está conmigo puedo enfrentar la vida con
optimismo.
¡Qué
bueno que en el cielo no hay hospitales! Si los hubiera las mismas personas que
se quejan tanto en la tierra estarían quejándose allá y eso sería insoportable.
¿Por
qué no intentamos vivir con más alegría y menos quejas? Si Dios es con nosotros
¿quién contra nosotros?
Oración:
Señor, ayúdanos a ser felices en medio de nuestros problemas y retos
cotidianos. Quita las quejas de nuestra boca y pon una canción de esperanza. Amén.
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