Wednesday, January 17
THE LAW, WHICH LAW?
MatTHEW 22:34-40
All the Law and the Prophets depend on these two commands.
Matthew 22:40 (CEB)
If Jesus arrived in our world today, what would surprise him? He would find that in our human relations
exaggerated interests abound that crush the integrity of people, affecting especially
the most vulnerable ones; it would scare him to see how few families govern and
determine life for the clear majority of the world’s population.
In the Old Testament we find hundreds of laws that regulate the life of
the Israelite people, directed to protect the outsiders, the widows, the
orphans, the workers; laws that were converted into chains that bound
especially impoverished people. But the
gospel shows us other ways to relate. Jesus’ summary includes all of the law in
one word: LOVE. Two loves—love the
Father, whom we should love with all our heart, soul and being; and the second
is similar to the first—love your neighbor as yourself. The key word is similar. If God the Father
created us in his image, we are similar to Him, we must therefore love the way
He loved, loving the other as much as He does; loving in the way that he sent
his Son for salvation and freedom. This
is the true law that should rule the world, the law of love that gives in the
same way that God gave to us in the person of Jesus.
Prayer: God of Life, One and Three, who endeavors to
find us and to love us until the end of time, fill us with your love to love as
you love. Amen.
Translation by Deborah McEachran
Translation by Deborah McEachran
La ley, ¿qué
ley?
Mateo
22:34-40
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas
Mateo 22:40
Si Jesús se llegara a nuestro mundo de hoy ¿cuál
sería su sorpresa? Encontraría que en nuestras relaciones humanas abundan los
intereses exagerados que aplastan la integridad de las personas, afectando
sobre todo a las más vulnerables; se asustaría mucho al ver como unas pocas
familias gobiernan y determinan la vida de la inmensa mayoría de la población
mundial.
En el Antiguo Testamento nos encontramos cientos de
leyes que regulaban la vida del pueblo israelita, encaminadas a proteger a los
forasteros, las viudas, los huérfanos, los obreros; leyes que se fueron
convirtiendo en cadenas que ataban sobre todo a las personas empobrecidas. Pero
el evangelio nos muestra otras relaciones, Jesús resume, valida toda la ley, en
una palabra: AMOR. Dos amores, al Padre, que debemos amar con todo el corazón,
el alma, el ser; y el segundo es semejante al primero, amar al prójimo como a
uno mismo. La palabra clave es semejante. Si Dios Padre nos creó a su
imagen, somos semejantes a Él, tenemos por lo tanto que amar como Él amó, amar
al otro y a la otra, tanto como lo hace Él; amar de tal manera que entregó a su
hijo para la salvación y la liberación. Esa es la verdadera ley que debe regir
en el mundo, la ley de un amor que nos permita entregarnos, así como Dios se
entregó a sí mismo en la persona de Jesús.
Oración: Dios de la Vida, Uno y Trino, que te
empeñas en salir a nuestro encuentro y amarnos hasta las últimas consecuencias,
llénanos de tu amor para amar como tú amas. Amén.
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