Tuesday, August 14, 2018

Tuesday, August 14 Anniversary of the church “Rev. Eladio Hernández” (Santa Clara) FEAR OF THE UNKNOWN PSALM 27:1-14


Tuesday, August 14
Anniversary of the church “Rev. Eladio Hernández” (Santa Clara)

FEAR OF THE UNKNOWN
PSALM 27:1-14

Surely, I am with you always,
even until the end of the age.   (NIV)
                                                                                                                Matthew 28:20

It has been said that religion has its origins in the fear of the unknown. As for me, I believe that my faith is founded upon what I know. It’s possible that the dilemma will be clarified when we distinguish the difference between religion and faith.

We fear the wind that no one has seen, because we know the consequences of its immeasurable forces. We fear the thunder because we know where it comes from, but we don’t know where it’s going. We love the rain that makes our existence possible; we know it, but we fear the consequences of its prolonged presence.

The Psalm was written by someone who is far from the temple in Jerusalem, which was for the Israelites the dwelling of God par excellence. His remoteness led him to nostalgia and a sense of homelessness, including abandonment on God’s part. Nevertheless, amidst all his own tragedy he answers his own question: “The Lord will put me upon a rock on high.”

To be afraid is something normal; the abnormal is that fear grabs one and dominates them, converting him into a slave.

Faith isn’t a hindrance that obstructs the advance of the ship, it’s a motor that drives it. We don’t believe because of fear; we fear for not working in accordance with what we believe and preach. Don’t join the troops of the fearful. As the hymn says, “God is here,” with you and me.

Prayer: Guide my steps, merciful God, so as not to fear the unknown, since you’re with me. Amen. 

 Translation by John Walter




Aniversario de la Iglesia “Rev. Eladio Hernández” (Santa Clara)

TEMOR A LO DESCONOCIDO
SALMO 27:1-14

… y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin el mundo
Mateo 28:20

Se ha dicho que la religión tiene su origen en el temor a lo desconocido. Por mi parte creo que mi fe se fundamenta en lo que conozco. Es posible que el dilema se aclare cuando encontremos las diferencias entre religión y fe.
Le tememos al viento, que nadie ha visto, porque conocemos las consecuencias de sus fuerzas desmedidas. Le tememos al trueno, porque sabemos de donde viene, pero no sabemos a dónde va. Amamos la lluvia que hace posible nuestra existencia, la conocemos, pero tememos a las consecuencias de su prolongada presencia.
El Salmo fue escrito por alguien que está lejos del Templo de Jerusalén, que era para los israelitas, la morada por excelencia de Dios. Su lejanía lo lleva a la nostalgia y lo embarga un sentimiento de desamparo e incluso de abandono por parte de Dios. No obstante, en medio de su propia tragedia, contesta su propia pregunta: “El Señor sobre una roca me pondrá en alto.”
Tener miedo es algo normal, lo anormal es que el miedo lo tenga a uno y lo domine, convirtiéndolo en su esclavo.
La fe no es una rémora que obstaculiza el avance de la nave, es un motor que la impulsa. No creemos por temor, tememos no obrar de acuerdo con lo que creemos y predicamos.
No te unas a la comparsa de los temerosos. Como dice el himno: “Dios está aquí”, contigo y conmigo.

Oración: Guía mis pasos Dios misericordioso, para no temer a lo desconocido pues estás conmigo.  Amén.




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