Thursday, December 13, 2018

Thursday, December 13 GUIDED BY JESUS’ GOSPEL RUTH 1:17


Thursday, December 13
GUIDED BY JESUS’ GOSPEL
RUTH 1:17

“Where you die I will die, and there I will be buried.
May the Lord deal with me, be it ever so severely
if anything but death separates you and me.”  (NIV)

Ruth 1:17

The story narrated in the book of Ruth is very beautiful. Our minds are always refreshed by the memory of these pages; there remains in us a sweet reflection inspired by the filial love that united the destiny of those two women.

It’s undoubtedly a beautiful experience when we know that someone loves us to the point of becoming our supporter. Civilization has brought crisis to family relations inside the home; perhaps it’s for lack of time, or perhaps because of the tensions to which modern life submits us, but it’s certain that many times we see ourselves submitted to conflicts, discussions, blunders and discrepancies that usually involve us in an atmosphere of rupture with the beings we love.

Could our faith perhaps help us to confront situations of this type that provoke hours of affliction? Did our Lord Jesus Christ leave us some rules to guide us in these circumstances? Yes, brothers, our faith can help us. The gospel of Jesus can teach us; and above all, the Holy Spirit can offer us the best assistance.

Don’t search out the solution by pointing to the errors and faults of those around us. Let’s make an analysis based on what we can contribute. Let’s be aware of the infallible method that the Lord bequeathed us by teaching us a new dimension of love. We shouldn’t worry so much about being loved as loving. We cannot be so impatient waiting to be served, but rather, serve passionately.

Prayer: May our service, Lord, be as you desire. Amen. 

Translation by John Walter



GUIADOS POR EL EVANGELIO DE JESÚS
RUT 1:17
Moriré donde tú mueras, y allí quiero ser enterrada.
¡Que el Señor me castigue con toda dureza
si me separo de ti, a menos que sea por la muerte!
Rut 1:17

Es muy bella la historia narrada en el libro de Rut. Siempre que refrescamos en nuestra mente el recuerdo de estas páginas, queda en nosotros una dulce reflexión inspirada en el amor filial que unió el destino de aquellas dos mujeres. Indudablemente que es una experiencia hermosa la que vivimos cuando sabemos que alguien nos ama hasta el punto de convertirse en nuestro apoyo. La civilización ha traído crisis en las relaciones familiares dentro del hogar, quizás por la falta de tiempo o tal vez por las tensiones a que nos somete la vida moderna, pero es cierto que muchas veces nos vemos sometidos a conflictos, discusiones, desatinos y discrepancias que suelen envolvernos en una atmósfera de ruptura con los seres que amamos.

¿Puede acaso nuestra fe ayudarnos a enfrentar situaciones de esta índole, que provocan horas de aflicción? ¿Nuestro Señor Jesucristo dejó alguna norma para guiarnos en estas circunstancias? Sí, hermanos, nuestra fe puede ayudarnos, el Evangelio de Jesús puede enseñarnos; y sobre todo, el Espíritu Santo puede ofrecernos la mejor ayuda. No busquemos la solución señalando los errores y las faltas de aquellos que nos rodean. Hagamos un análisis sobre la base de lo que podemos aportar nosotros. Tengamos conciencia del método infalible que nos legó el Señor al enseñarnos una nueva dimensión del amor. No debe preocuparnos tanto el ser amados, como el amar. No podemos impacientarnos tanto esperando el ser servidos, sino mas bien, sirvamos apasionadamente.

Oración: Que nuestro servicio, Señor, sea como tú lo deseas.  Amén.

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