Wednesday, December 19
TO BETHLEHEM
LUKE 2:8-20
Glory to God in heaven, and on earth
peace
among those whom he favors.
Luke 2:14 CEB
In this season of the year when we remember the birth of the
Messiah in a special way, we turn our gaze to Bethlehem, the village of humble
shepherds, and we listen to an angel choir:
Glory to God in the highest!
It is worthwhile to think about the child who did not have more
than a manger for a bed, and to realize that God through the centuries has
loved and has communicated first with the shepherds. Jesus lived in the home of a humble
carpenter. His disciples were publicans
and fishermen. Many times we read this
in the Bible, but don’t even internalize it in our lives. At times we pay more attention to the
decorations and lights of Christmas than to the message that God wants to send
to us through this birth. When we do this,
we fail to truly praise God.
We should not forget those who, like the humble shepherds, are
able to praise and glorify God with all their hearts at hearing the Good news
of salvation: Glory to God in the highest! This should be our prayer and our
praise but from the values of humility and simplicity which the shepherds of
little Bethlehem showed.
Prayer: Thank you, Lord, for the birth of Jesus. Let him be born daily in our hearts. Amen.
Translation by Deborah
McEachran
HASTA BELÉN
LUCAS 2:8-20
¡Gloria a Dios en la alturas, y
en la tierra paz,
buena voluntad para con los
hombres!
Lucas 2:14
En esta época del año en que de manera especial se
recuerda el nacimiento del Mesías, volvamos nuestra mirada a Belén, la aldea de
los sencillos pastores, y escuchemos el coro angelical: ¡Gloria a Dios en lo alto!
Es provechoso pensar en el niño que no tenía más
cuna que un pesebre, y darnos cuenta de que Dios en el trascurso de los siglos,
ha amado y se ha comunicado en primera instancia con los humildes. Jesús vivió
en el hogar de un humilde carpintero. Sus discípulos eran publicanos y
pescadores. Muchas veces leemos esto en la Biblia, pero aún no lo
interiorizamos en nuestras vidas. En ocasiones prestamos más atención a los
adornos y el brillo de la Navidad que al mensaje que Dios nos quiere trasmitir
con este nacimiento. Cuando hacemos esto dejamos de alabar verdaderamente a
Dios.
No debemos olvidar a aquellos que, como los
humildes pastores, están dispuestos a alabar y glorificar a Dios de todo
corazón al escuchar las Buenas Nuevas de salvación:
¡Gloria a Dios en alto! Esta debe ser nuestra oración y
nuestra alabanza pero desde los valores de la humildad y la sencillez que
mostraron los pastores de la pequeña Belén.
Oración: Gracias, Señor, por el
nacimiento de Jesús. Permite que cada
día nazca en nuestros corazones. Amén.
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