Wednesday, December 12
Celebration of the dependent church Vegas
(Nueva Paz)
PAY WHAT YOU OWE
ROMANS 13
Let no debt remain outstanding,
except the continuing debt to love one another,
for whoever loves others has fulfilled the law.
Romans 13: 8
In the Sacred Scriptures
we find multiple references about the theme: debts and debtors. It’s worth it to highlight the importance that
it had for the Israelites to be free from debts, as well as the consequences
that it had for the debtor on being unable to pay the agreed amount. We
shouldn’t be surprised that the New Testament gathers sayings of Jesus, where the
grace and love of God is also superimposed and reinterprets the Law in this
sense.
When we speak of
debts we immediately think about the economic factor in terms of money or in
the material. Of course, this type of debt generates great discomfort in us.
However, there exist other debts, those which we accumulate throughout our life,
and that on occasion become heavy burdens that overwhelm us as much or more
than owing a few coins. I am referring to the affective debts: the
explanations, the “because” that for some reason we never said, the “sorry”
that we withhold, the smiles that we mutilated. Debts of love with our sons and
daughters that cannot be mitigated with material sacrifices, debts of committed
embraces with the family and friends that are not satiated with gifts. God’s
economy commands us to love even up to seventy times seven. To pay the debt of
love with humanity is the best compliance that we can give to God’s law: …to love our neighbor as our self…
Prayer: help us, Lord, to construct a
world of love and free from debts. Amen.
Translation
by John Walter
Celebración de la ID de
Vegas (Nueva Paz)
PAGA
LO QUE DEBES
ROMANOS
13
… No debáis a
nadie nada, sino el amaros unos a otros;
porque
el que ama al prójimo, ha cumplido la ley….
Romanos 13: 8
En las
Sagradas Escrituras encontramos múltiples referencias acerca del tema deudas-deudores.
Vale resaltar la importancia que tenía para los israelitas estar libres de
deudas, así como las consecuencias que traía al deudor el no poder pagar lo
acordado. No debemos extrañarnos que el Nuevo Testamento recoja dichos de Jesús
donde también, la gracia y el amor de Dios se sobreponen y reinterpreta la Ley
en este sentido.
Cuando
hablamos de deudas, inmediatamente pensamos en el factor económico, es decir en
el dinero o en lo material. Desde luego que este tipo de deudas nos generan
gran malestar. Ahora bien, existen otras deudas, esas que acumulamos a lo largo
de nuestra vida y que en ocasiones se convierten en pesadas cargas que nos
agobian tanto o más que deber unas cuantas monedas. Me refiero a las deudas
afectivas, las explicaciones, los “por qué” que por alguna razón nunca dijimos,
los “perdones” que callamos, las sonrisas que mutilamos. Deudas de amor con
nuestros hijos e hijas que no pueden mitigarse con sacrificios materiales,
deudas de abrazos comprometidos con la familia y los amigos que no se sacian
con obsequios. La economía de Dios nos manda a amar hasta setenta veces siete.
Saldar la deuda de amor con la humanidad es el mejor cumplimiento que podemos
dar a la Ley de Dios: …amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos…
Oración:
Ayúdanos, Señor, a construir un mundo de amor y libre de deudas. Amén.
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