Sunday, August 4
GOD’S GLORY
JOHN 9:1-11
But they kept asking him, “Then how were your eyes opened?’
John 9:10 (NRSV)
In general, when difficulties or
disabilities appear in our lives, they weigh on us, and unless we have
exceptional strength, we may be overcome or destroyed. Nevertheless, although
occasionally what seems to be an impossible obstacle appears, with our strength
we can arrive at a place of distinction in history. Such is the case of Louis
Braille, born in Paris in 1809, who lost his sight at age three. Despite this
limitation he did not remain crushed by his critical situation, but he invented
a system of reading based on the placement of points and reliefs. With touch
this permitted the blind and those with poor vision to be the equal or better
than those in the area of culture who are blessed with the ability to see. It is impossible to say how many thousands of
people in the past two hundred years have made their way in life despite this
physical limitation.
Not infrequently when confronted
with a small or transitory difficulty, we give up. As the well-known expression
puts it, “They died before death came.” We should say, “They never die, because
they were born dead.” Jesus is not only the Lord of the good times; he is Lord
of all times. Sometimes what he has prepared us for is not a limitation, but in
order that he might use us as instruments so that God’s glory may be manifest. Anyone can lose a battle; what’s
important is not to lose a war. In God’s plans, an apparent defeat, a
limitation, a reversal, can be part of a complex structure for showing the
glory of God.
Prayer: Thank you, God, for again opening my eyes. Thank you for
giving me spiritual vision. Amen.
Translation by
John Potter
LA GLORIA DE
DIOS
JUAN 9:1-11
Y le dijeron:
¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Juan 9:10
Por lo general cuando aparecen las dificultades o
incapacidades, éstas pesan; y a menos que hagamos un esfuerzo excepcional,
puede darse el caso de que nos anulen o destruyan. No obstante, aunque
ocasionalmente, lo que parecía un obstáculo insalvable, con nuestro esfuerzo
nos puede llevar a un lado distinguido en la historia. Este es el caso de Lois
Braille, nacido en Paris en 1809, y que a los tres años perdió la visión. A
pesar de esta limitación, no se dejó aplastar por su crítica situación e
inventó un sistema de lectura, basado en una estructura de puntos y relieves,
que, con el tacto, permite que ciegos y débiles visuales estén igual o por
encima en el terreno de la cultura que cualquiera que posea la facultad de ver.
Imposible es determinar en los últimos doscientos años cuántos millones de
seres se han abierto paso en la vida a pesar de su limitación física, y mucho
menos medir la contribución que han hecho en múltiples esferas del desarrollo
de la humanidad.
No son pocas las veces en que frente a una pequeña o
transitoria dificultad nos demos por vencidos. Como dice una conocida frase:
“Son los que se mueren antes de que llegue la muerte”. Nosotros diríamos: “Son
los que nunca mueren porque nacieron muertos”. Jesús no es el Señor solamente
de los buenos momentos, es el Señor de todos los momentos. A veces lo que nos
tiene preparado no es una limitación, sino que nos usa como instrumentos para
que: se manifieste la gloria de Dios.
Cualquiera puede perder una batalla, lo importante es no perder la guerra. En
los planes de Dios una aparente derrota, una limitación, un revés, pueden ser
parte de una compleja estructura para que se muestre la gloria de Dios.
Oración: Gracias Dios, porque tú también me abriste mis ojos.
Gracias por darme la vista espiritual. Amén.
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