Sunday, August 4, 2019

Sunday, August 4 GOD’S GLORY JOHN 9:1-11


Sunday, August 4
GOD’S GLORY
JOHN 9:1-11

But they kept asking him, “Then how were your eyes opened?’
John 9:10 (NRSV)
            In general, when difficulties or disabilities appear in our lives, they weigh on us, and unless we have exceptional strength, we may be overcome or destroyed. Nevertheless, although occasionally what seems to be an impossible obstacle appears, with our strength we can arrive at a place of distinction in history. Such is the case of Louis Braille, born in Paris in 1809, who lost his sight at age three. Despite this limitation he did not remain crushed by his critical situation, but he invented a system of reading based on the placement of points and reliefs. With touch this permitted the blind and those with poor vision to be the equal or better than those in the area of culture who are blessed with the ability to see.  It is impossible to say how many thousands of people in the past two hundred years have made their way in life despite this physical limitation.
            Not infrequently when confronted with a small or transitory difficulty, we give up. As the well-known expression puts it, “They died before death came.” We should say, “They never die, because they were born dead.” Jesus is not only the Lord of the good times; he is Lord of all times. Sometimes what he has prepared us for is not a limitation, but in order that he might use us as instruments so that God’s glory may be manifest. Anyone can lose a battle; what’s important is not to lose a war. In God’s plans, an apparent defeat, a limitation, a reversal, can be part of a complex structure for showing the glory of God.

Prayer: Thank you, God, for again opening my eyes. Thank you for giving me spiritual vision. Amen.

Translation by John Potter

LA GLORIA DE DIOS
JUAN 9:1-11

Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Juan 9:10

Por lo general cuando aparecen las dificultades o incapacidades, éstas pesan; y a menos que hagamos un esfuerzo excepcional, puede darse el caso de que nos anulen o destruyan. No obstante, aunque ocasionalmente, lo que parecía un obstáculo insalvable, con nuestro esfuerzo nos puede llevar a un lado distinguido en la historia. Este es el caso de Lois Braille, nacido en Paris en 1809, y que a los tres años perdió la visión. A pesar de esta limitación, no se dejó aplastar por su crítica situación e inventó un sistema de lectura, basado en una estructura de puntos y relieves, que, con el tacto, permite que ciegos y débiles visuales estén igual o por encima en el terreno de la cultura que cualquiera que posea la facultad de ver. Imposible es determinar en los últimos doscientos años cuántos millones de seres se han abierto paso en la vida a pesar de su limitación física, y mucho menos medir la contribución que han hecho en múltiples esferas del desarrollo de la humanidad.

No son pocas las veces en que frente a una pequeña o transitoria dificultad nos demos por vencidos. Como dice una conocida frase: “Son los que se mueren antes de que llegue la muerte”. Nosotros diríamos: “Son los que nunca mueren porque nacieron muertos”. Jesús no es el Señor solamente de los buenos momentos, es el Señor de todos los momentos. A veces lo que nos tiene preparado no es una limitación, sino que nos usa como instrumentos para que: se manifieste la gloria de Dios. Cualquiera puede perder una batalla, lo importante es no perder la guerra. En los planes de Dios una aparente derrota, una limitación, un revés, pueden ser parte de una compleja estructura para que se muestre la gloria de Dios.

Oración: Gracias Dios, porque tú también me abriste mis ojos. Gracias por darme la vista espiritual. Amén.


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