Saturday,
August 17
YOUNG OR OLD, THERE IS
NO DIFFERENCE
ECCLESIASTES 12:1
Just like a deer that
craves streams of water,
my whole being craves
you, God.
Psalm 42:1 (CEB)
Exploring the Bible, I
found myself in the book of Ecclesiastes.
And when I saw the sketch for chapter 12, verse 1, I marveled that such
a small book hidden between Proverbs and Song of Solomon contains a great, real
truth. Many older people use as an excuse:
“I don’t have time to go to church because, when will I cook?” The book of Ecclesiastes or the Preacher
makes me reflect about this when it says very well: Remember your Creator now that you are
young… At first glance we can deduce that the perfect age to remember
your Creator is youth; but upon further analysis this is not so. The problem is that when we become adults we
acquire inescapable responsibilities and commitments: marriage, children, and then we feel that
life is complicated. In reality, we all
have the same responsibility to respond to God and look for his presence in
community. It does not matter whether we
are children, youth, adults, or seniors.
Let us offer love and understanding to these people who have drawn apart
from the faith, so that they can find anew this spiritual peace that one can
breathe inside the Lord’s house.
Prayer: Lord, help us to follow
Jesus’ command to preach the message to all the world, so that in this way the
Church can be an example of congregational love. Amen.
Translation by
Deborah McEachran
JOVEN O
VIEJO. LO MISMO DA
ECLESIASTÉS
12:1
Como
ciervo sediento de un río, así, Dios mío, te busco a ti
Salmo
42:1
Escudriñando la
Biblia me encontré con el libro de Eclesiastés. Y al ver el dibujo
perteneciente al capítulo doce, verso uno,
me llamó la atención cómo siendo un libro tan pequeño y escondido entre
Proverbios y Cantares, posee una verdad tan cierta como real. La experiencia
propia puede demostrarnos que existen muchas personas mayores que dicen como
excusa: “No tengo tiempo para ir a la Iglesia, porque: ¿en qué tiempo cocino?”
El libro del Eclesiastés o El Predicador me hizo reflexionar sobre esto cuando
dice muy bien: Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven… A simple
vista podemos deducir que la edad perfecta para acordarse de su Creador
es la juventud; pero en cierto modo y si analizamos mejor, no es así. El
problema es que ya en la entrada de la adultez se concretan compromisos y
responsabilidades ineludibles: el matrimonio, los hijos; y entonces sentimos
que la vida se complica. En realidad, todos tenemos la misma responsabilidad de
responder al llamado de Dios y buscar su presencia en comunidad. Da lo mismo,
si somos niños, jóvenes, adultos o ancianos. Brindemos pues amor y comprensión
a estas personas que se han alejado de la fe,
para que ellas puedan encontrar nuevamente esa paz espiritual que se
puede respirar en el interior de la casa de Dios.
Oración:
Señor, ayúdanos a hacer realidad el mandato de Jesús de predicar el mensaje
a todo el mundo, para que de este modo la Iglesia sea un ejemplo de amor
congregacional. Amén.
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