Monday, August 12
WITHOUT LOOKING BACK
PHILIPPIANS 3:8-14
...forgetting what is behind
and straining toward what is ahead. (NIV)
Philippians
3:13b
A few days ago, I
was invited to preach at the anniversary worship service of a church. As always
happens for such an appointed date, everything is well prepared; and in this case
not even the most demanding could ask for more. But this experience would have
been just one among many others without the presence of a group of brothers and
sisters that formed the “Ecumenical Chorus of the Elderly” that actively participated
in the celebration.
We don’t always see
elderly people singing infantile hymns recalling the times of one’s childhood
and reminding us that God’s world is everyone’s world. But among their hymns
was an impressive one, and much more impressive by being interpreted by a group
where grey hair abounded. Perhaps the
voices lacked force, but there was plenty of love and commitment to their Lord:
“I love you, Lord, and do your will. I follow
your way Lord, without fainting and without looking back.”
At times we think that
our ailments are many, which is true; that we no longer have the same reflexes,
is something that no one denies. Our time has passed. Here we respectively differ.
If this choir taught us anything, it’s that time is always conducive to praising
God, and with all modesty and without aspiring to a plausible prominence, to
transmit this message that for decades has been preached, not with words, but
with a consequent act. We must live without fainting and without looking back.
Prayer: Thank you God for showing me the company you have with everyone at all moments
of our lives. Amen.
Translation by John Walter
SIN
MIRAR ATRÁS
FILIPENSES
3:8-14
...olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante
Filipenses 3:13b
Hace unos días fui invitado a predicar en el culto
aniversario de una Iglesia. Como siempre sucede para fecha tan señalada todo se
prepara bien; y en este caso ni el más exigente podía pedir más. Pero esta
experiencia hubiera sido una entre otras muchas sin la presencia de un grupo de
hermanos y hermanas que formaban el “Coro Ecuménico de la Tercera Edad”, que
participó activamente en la celebración.
No siempre vemos a personas mayores cantando himnos
infantiles rememorando los tiempos de su niñez y recordándonos que el mundo de
Dios es el mundo de todos y todas. Pero entre sus himnos había uno
impresionante, y mucho más interpretado por un grupo donde abundaban canas,
faltaban quizás fuerzas en la voz; pero sobraba el amor y el compromiso con su
Señor: “Amarte a ti Señor, y hacer tu voluntad. Seguir tu caminar Señor, sin
desmayar y no mirar atrás”. A veces pensamos que nuestros achaques son
muchos, cosa que es cierta; que ya no tenemos los mismos reflejos, algo que
nadie niega; que ya pasó nuestro tiempo. Aquí con todo respeto discrepamos. Si
algo nos enseñó este coro es que siempre el tiempo es propicio para alabar a
Dios, y con toda modestia y sin aspirar a un plausible protagonismo, transmitir
este mensaje que por decenas de años han estado predicado, no con palabras,
sino con un actuar consecuente. Tenemos que vivir sin desmayar y sin mirar
atrás.
Oración: Gracias Dios, por mostrarme la compañía que tú
tienes con todos en todos los momentos de nuestra vida. Amén.
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