Monday,
August 26
THANKS TO GOD FOR HIS FAVORS
PSALM 103:1-13
As a father
has compassion on his children,
So the Lord
has compassion on those who fear him;
Psalm 103:13
(NIV)
Every time a
new hymnal is published, the same thing happens. Sometimes it contains 300 or
more hymns, but after a few months we realize that fewer than 100 are used. This
also happens with the Psalter, which has 150 Psalms, but fewer than 50 are used
in worship or our private devotions. A few days ago I read something about
Psalm 103, one of those that we rarely read. A seminary professor in Pakistan describes
a beautiful place in the Himalaya Mountains in India. In that range, nearly
3,000 feet above sea level, there is a trail that is so narrow it is called
“the eyebrow,” on the very edge of a cliff. The view of that deep gorge is
breathtaking. Since the professor often uses that trail, he says he always
wishes he had wings like one of the eagles that soar over the valley.
We often want
to find easy solutions to difficult problems. It’s possible that the Psalmist
was not thinking about the possibility of defying gravity to cross the valley; he
rather tried to contrast God’s greatness with human poverty. The text recounts
the favors of God’s grace for us; among others, he pardons all our sins and
heals all our illnesses. God’s favor is reflected not only in the physical
realm but the spiritual realm. Let us bless a God who so abundantly blesses us!
Prayer: Thank you,
loving God, for all your gifts. Amen.
Translation by George Meek
GRACIAS A DIOS POR SU
FAVOR
SALMO 103:1-13
Como
el padre se compadece de los hijos,
se
compadece Jehová de los que le temen
Salmo
103:13
Siempre
que se publica un nuevo himnario se repite la misma situación. A veces la obra
cuenta con trescientos o más himnos, pero pasados unos meses nos damos cuenta
que de no llegan a cien los que se usan. Lo mismo sucede con el Salterio que
agrupa ciento cincuenta Salmos y no pasan de cincuenta los que alguna vez han
sido usados en un culto o en nuestros devocionales privados. Hace unos días leí
algo relacionado con el Salmo 103, uno de esos que pocas veces leemos. Un
profesor del seminario de Pakistán cuenta de un hermoso lugar en las montañas
Himalaya en la India. En dicha cordillera,
con una altura de 8800 metros sobre el nivel del mar, existe una senda
tan estrecha que se llama “La ceja” que ha sido construida por el borde mismo
de un abismo. La vista de aquel profundo valle quita la respiración al
transeúnte. Al pasar frecuentemente por ese lugar, el profesor expresa que
siempre siente deseos de tener alas como una de aquellas águilas que vuelan por
encima del valle.
Muchas
veces nosotros queremos encontrar soluciones fáciles a problemas complejos. Es
posible que el salmista no estuviera pensando tanto en la posibilidad de romper
con leyes físicas y de un salto al cruzar el valle; más bien trata de
contrastar la grandeza de Dios con la miseria humana. El texto relaciona los
favores que la misericordia de Dios tiene para nosotros; entre otras, perdona
todos nuestros pecados y sana todas nuestras dolencias. El favor de Dios no se
hace realidad sólo en lo físico, sino también en lo espiritual. ¡Bendigamos a
un Dios que tanto nos bendice!
Oración: Gracias
Señor, Dios amoroso, por todas tus bondades. Amén.
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