April 25, Saturday
Anniversary
of the Luyanó Church
GOD ALWAYS ANSWERS OUR PRAYER
JOB 24:12
The
groans of the dying rise from the city, and the souls of the wounded cry out
for help. But God charges no one with wrongdoing.
Job 24:12 (NIV)
They say that a long time ago, a man
was being attacked by thugs who wanted to kill him. The trembling man hid
himself in a cave, from where he could hear the bandits planning how to carry
out the crime.
Our man, who was a man of faith,
fervently prayed that God would send him angels to seal the mouth of the cave,
but apparently God did not hear his prayers. Suddenly he saw a tiny spider
spinning his web over the mouth of the cave.
-My God, said the man, what I need
is angels to rescue me, not a stupid spider; but the tiny insect continued to
weave its web; when the man was resigned to his death, he was astonished to
hear the following conversation:
Look, let’s not waste
any more time on this cave, because the entrance is full of spider webs, it is certainly
a long time since anybody entered it.
God always
answers prayer, but his answer is not precisely what we ask for, it is always better.
The man asked for angels and God sent a spider.
Prayer: Teach us to see things from your own perspective. Help us to
trust you, so we can see your most insignificant response, even a spider web. Amen.
Translation
by George Meek
Abril 25, sábado
Aniversario Iglesia Luyanó
DIOS SIEMPRE ATIENDE NUESTRA ORACIÓN
JOB 24:12
Desde la ciudad
gimen los moribundos, y claman las almas de los heridos de muerte, Pero Dios no
atiende su oración.
Job 24:12.
Cuentan que hace mucho tiempo, un hombre iba a ser
atacado por unos malhechores que querían matarlo. El hombre temblando se
escondió en una cueva, desde donde oía a los bandidos planificar la forma de
llevar a cabo el crimen.
Nuestro hombre, era un hombre de fe, oraba con fervor
para que Dios le enviara ángeles que taparan la boca de la cueva, pero nada, al
parecer Dios no oía sus plegarias. De repente ve a una insignificante arañita
tejiendo a la entrada de la caverna.
-Dios mío, decía el hombre, lo que necesito son ángeles
para que me rescaten, no una estúpida araña; pero el pequeño animalito seguía
en su faena; cuando el hombre ya estaba resignado a morir, oyó asombrado la
siguiente conversación:
Oye, no perdamos más tiempo en esta cueva, fíjate que la entrada
está llena de telarañas, seguramente hace mucho tiempo que no entra nadie aquí.
Dios siempre contesta, pero la repuesta no es exactamente
igual a como la pedimos, resulta que siempre es mejor. El hombre pidió ángeles
y Dios envió una araña.
Oración: Enséñanos a ver las cosas con tu propia
perspectiva, permítenos tener confianza, de manera que podamos ver tu respuesta
en lo más insignificante, hasta en la tela de una araña. Amén.
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