Saturday, April 11
JUST SILENCE
MARK 15:42-16:1
When
evening had come . . . the day before the sabbath, Joseph of Arimathea . . .
went boldly to Pilate and asked for the body of Jesus.
Mark 15:42,43 (NRSV)
Where we read information about the rest
of the days of the so-called Holy Week, on Saturday we are not told anything.
The reason is obvious. Jesus was buried the evening of the day of rest. What
more is there to tell if Jesus is no longer present?
Just silence, that’s all we know.
Later tradition argues that Jesus “descended into hell” (Apostles Creed, 1Peter 3: 18-20) to preach the good news to those already dead; to them too,
the presence of Jesus Christ should result in the possibility of salvation, so
appears the reasoning of the ancient church.
Nevertheless, let’s take note of the
situation of the disciples. From the stories about that Saturday, we know that
they were all but dead with fear. All that had occurred in the passing of the
previous two days was more than overwhelming and certainly spine-chilling.
Apart from fear, all we are told is just silence.
But the crucifixion cannot be just a
cruel injustice. It shows that God uses even the most aberrant event to create
something new and extraordinary. May silence be the conviction that something
new is about to dawn and surprise us, from the God who makes all things new.
Prayer:
Loving Lord, thank you for your love and your grace. Strengthen our faith that
we may continue working for you, even in the most incomprehensible
circumstances. Amen.
Tranlsation by
John Potter
Abril 11,
sábado
SOLO
SILENCIO
Marcos
15:42-16:1
Al caer la tarde ...la víspera del día de
reposo, José de Arimatea fue y con mucha osadía se presentó ante Pilato para
pedirle el cuerpo de Jesús.
Mr 15:42,43a
Mientras
que del resto de los días de la llamada Semana Santa tenemos narraciones con
más o menos información, del sábado no se nos cuenta nada. La explicación
parece obvia, Jesús fue enterrado la víspera del día de reposo, ¿qué más se
pudiera narrar si ya Jesús no está presente?
Solo
silencio, es lo único que conocemos. La tradición posterior argumenta que Jesús
“descendió a los infiernos” (Credo de los Apóstoles; I Pedro 3:18-20), para
predicar a los ya muertos las buenas nuevas; a ellos también el evento
Jesucristo debería resultar posibilidad de salvación, tal parece ser la
reflexión de la antigua iglesia.
Sin
embargo, recapacitemos en la actitud de los discípulos. Por los relatos del
domingo sabemos que estaban muertos de miedo, todo lo ocurrido en el transcurso
de dos días previos era demasiado abrumador y ciertamente atemorizante. Aparte
del miedo, solo silencio es lo que se nos cuenta.
Pero
la crucifixión no puede ser solo injusticia cruel. Ella representa que Dios
utiliza incluso lo más aberrante para crear algo novedoso y extraordinario. Que
el silencio sea convicción de que algo nuevo está por amanecer y sorprendernos,
de parte de ese Dios que hace nuevas todas las cosas.
Oración: Amante Señor, gracias por tu amor y tu gracia.
Fortalece nuestra fe para seguir trabajando por Ti, incluso en las
circunstancias más incomprensibles. Amén.
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