Saturday, April 11, 2020

Saturday, April 11 JUST SILENCE MARK 15:42-16:1


Saturday, April 11
JUST SILENCE
MARK 15:42-16:1

When evening had come . . . the day before the sabbath, Joseph of Arimathea . . . went boldly to Pilate and asked for the body of Jesus.

Mark 15:42,43 (NRSV)

            Where we read information about the rest of the days of the so-called Holy Week, on Saturday we are not told anything. The reason is obvious. Jesus was buried the evening of the day of rest. What more is there to tell if Jesus is no longer present?

            Just silence, that’s all we know. Later tradition argues that Jesus “descended into hell” (Apostles Creed, 1Peter 3: 18-20) to preach the good news to those already dead; to them too, the presence of Jesus Christ should result in the possibility of salvation, so appears the reasoning of the ancient church.

            Nevertheless, let’s take note of the situation of the disciples. From the stories about that Saturday, we know that they were all but dead with fear. All that had occurred in the passing of the previous two days was more than overwhelming and certainly spine-chilling. Apart from fear, all we are told is just silence.

            But the crucifixion cannot be just a cruel injustice. It shows that God uses even the most aberrant event to create something new and extraordinary. May silence be the conviction that something new is about to dawn and surprise us, from the God who makes all things new.



Prayer: Loving Lord, thank you for your love and your grace. Strengthen our faith that we may continue working for you, even in the most incomprehensible circumstances. Amen.



Tranlsation by John Potter




Abril 11,  sábado
SOLO SILENCIO
Marcos 15:42-16:1

Al caer la tarde ...la víspera del día de reposo, José de Arimatea fue y con mucha osadía se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.

Mr 15:42,43a

            Mientras que del resto de los días de la llamada Semana Santa tenemos narraciones con más o menos información, del sábado no se nos cuenta nada. La explicación parece obvia, Jesús fue enterrado la víspera del día de reposo, ¿qué más se pudiera narrar si ya Jesús no está presente?

            Solo silencio, es lo único que conocemos. La tradición posterior argumenta que Jesús “descendió a los infiernos” (Credo de los Apóstoles; I Pedro 3:18-20), para predicar a los ya muertos las buenas nuevas; a ellos también el evento Jesucristo debería resultar posibilidad de salvación, tal parece ser la reflexión de la antigua iglesia.

            Sin embargo, recapacitemos en la actitud de los discípulos. Por los relatos del domingo sabemos que estaban muertos de miedo, todo lo ocurrido en el transcurso de dos días previos era demasiado abrumador y ciertamente atemorizante. Aparte del miedo, solo silencio es lo que se nos cuenta.

            Pero la crucifixión no puede ser solo injusticia cruel. Ella representa que Dios utiliza incluso lo más aberrante para crear algo novedoso y extraordinario. Que el silencio sea convicción de que algo nuevo está por amanecer y sorprendernos, de parte de ese Dios que hace nuevas todas las cosas.

Oración: Amante Señor, gracias por tu amor y tu gracia. Fortalece nuestra fe para seguir trabajando por Ti, incluso en las circunstancias más incomprensibles. Amén.


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