Tuesday, April 7
WHATEVER YOU ASK FOR IN PRAYER
MARK 11:20-26
So
I tell you, whatever you ask for in prayer, believe that you have received it,
and it will be yours.
Mark 11:24 (NRSV)
The events narrated here take place
on the morning following the cursing of the fig tree. The disciples see that it
has dried up to the very roots and thus remember what Jesus said.
Marcus Borg has shown that Mark uses
a literary device of his own in which the story is interrupted by another event
and is then taken up again forming what is called an inclusio. The purification of the Temple is the event framed by the
curse of the fig tree. On the one hand, that which doesn’t bear fruit should be
cast out, regardless of what other possible merits it might have. On the other
hand, this makes the disciples understand that prayer is an effective resource.
You can ask without doubt, with absolute certainty, that God will respond.
But let’s look closely; prayer is
not a matter of egotism or seeking personal interest. Prayer is made in an
attitude of humility and pardon, of empathy for our neighbors. The church still
needs this kind of certainty, to rest in prayer as a spiritual resource, and to
do our part knowing that God will do His.
Prayer:
Lord, we need the faith that can move mountains. So many mountains rise before
your children! Prepare us to practice an intercessory ministry confident that
you hear and respond to the petitions of your people. Amen.
Translation by
John Potter
Abril 7,
martes
TODO LO
QUE PIDAN EN ORACIÓN
Marcos
11:20-26
Les digo: -todo lo que pidan en oración,
crean que lo recibirán, y se les concederá.
Mr 11:24
Los
sucesos narrados corresponden a la mañana siguiente a la maldición de la
higuera. Los discípulos la ven que se ha secado de raíz y así se lo recuerdan a
Jesús.
Marcus
Borg nos ha hecho ver que Marcos emplea un recurso literario propio en el que
un relato es interrumpido por otro suceso, y luego es retomado, conformando una
especie de cuadro referencial. La purificación del Templo es el tal evento al
que la maldición de la higuera hace de encuadre para su juicio. Por un lado, lo
que no presenta fruto, es digno de ser desechado, no importa cuáles sean los
probables méritos. Por otro lado, se hace ver a los discípulos que la oración
es un recurso eficaz, se puede pedir sin dudar, con absoluta certeza que Dios
responderá.
Pero
fijémonos bien, el pedir no es una cuestión de egoísmos o búsqueda de intereses
personales. Se pide en actitud humilde y de perdón, de empatía por nuestros
prójimos.
La
iglesia sigue necesitada de este tipo de certezas, descansar en la oración como
recurso espiritual, y cumplir nuestra parte sabiendo que Dios hará la suya.
Oración: Necesitamos la fe que
mueve montañas, Señor, ¡tantos montes se levantan en contra de tus hijas e
hijos! Prepáranos para ejercer un ministerio intercesor confiados en que Tú
escuchas y respondes la oración de tu pueblo. Amén.
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