Monday, January11
WITH THE FIRE OF THE SPIRIT
Mark 1:4-11
One more powerful than me is coming… (NIV)
Mark 1:7b
At times, when we speak of God, what we’re doing is speaking of ourselves, of the good we’re doing; and it’s not bad that on speaking of God’s love that we speak about the love toward others. But on occasion we forget to speak of God himself. Other times what we do is preach about the church. To invite others to church isn’t bad. However, we have to recognize that at times the true reason of our announcement is obscured. We forget to proclaim to that person that we’ve been baptized with the fire of the Spirit.
John the Baptist preached the necessity of repentance that would bring God’s forgiveness of sins. This was a familiar subject for the prophets of Israel. John recognized, “I am a messenger, while he who is coming is the Lord, one more powerful than me.”
Jesus is the Lord. That was the church’s confession of faith since its beginnings. Sustain it with full consciousness of what it means.
Prayer: Lord Jesus, you are the center of my preaching, may I be able to speak to others about the marvelousness of your love. May I, on announcing your Gospel, with all it implies, not forget to preach to you. Amen.
Translation by John Walter
Enero 11, lunes
Con el fuego del Espíritu
Marcos 1:4-11
Viene uno más poderoso que yo...
Marcos 1:7b
A veces cuando queremos hablar de Dios, lo que hacemos es hablar de nuestra persona, del bien que hacemos. Y no está mal que al hablar del amor de Dios, hablemos del amor hacia los demáás seres. Pero en ocasiones olvidamos hablar de Dios en sí. Otras veces lo que hacemos es predicar de la iglesia. Invitar a otras personas a la iglesia no está mal. Sin embargo, tenemos que reconocer que a veces se nos olvida la razón verdadera de nuestro anuncio. Olvidamos proclamar a aquel quien nos ha bautizado con el fuego del Espíritu.
Juan el Bautista predicaba la necesidad del arrepentimiento que llevaría al perdón de pecados por Dios. Este era un tema familiar dado por los profetas de Israel. Juan reconocía: Yo soy un “mensajero” mientras que aquel que viene es el Señor, uno “más poderoso que yo”.
Jesús es el Señor. Esa fue la confesióón de fe de la iglesia desde sus inicios. Mantengámosla con plena conciencia de lo que significa.
Oración: Señor Jesús, permite que tú seas el centro de mi predicación, que yo pueda contarle a otras personas sobre lo maravilloso de tu amor. Permite que al anunciar tu evangelio, con todo lo que ello implica, no me olvide de predicarte a ti. Amén.
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