Wednesday, January 13, 2021

 

 

Wednesday, January 13

THE THINGS THAT UNITE US

LUKE 15:11-32

The older brother became angry and refused to go in. So his father went out and pleaded with him.  (NIV)

Luke 15:28

            How many reasons there are for envy and jealousy, to live with grudges and bitterness! This separated the older and younger brothers.

            How many things separate us today? Surely we could say that old offences, antipathies, prejudices. Jealousy and envy separate us. The list is long, almost endless. The older brother had plenty of reasons to feel displaced and be furious. How many times do we also have reasons to feel this way?

            However, the father pleads with the older brother to enter. It pains him to see that resentment that has kept his elder son from joining the festivity, since he loves both sons equally.     

            How much pain our Father feels for all that separates and impedes us from celebrating today? The same things united both brothers: the house, their blood, the same name, the same love. What unites us today?  The same house - the world - that was given us by God, the same blood shed for all, the same body, the same love and mercy, the same surname: Christian.

            Every time we come together in this the hope of being one body in Christ, heirs to the same promise becomes present.

 

Prayer: Forgive us Lord for time and time again letting hates and envies and offences interfere in our life as brothers and sisters of faith. Guide us, keep us from evil. Amen.

 

Translation by John Walter

 

Enero 13,  miércoles

LAS COSAS QUE NOS UNEN

LUCAS 15:11-32

Entonces (el hermano mayor) se enojó y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrara.

Lucas 15:28

            ¡Cuántos motivos para la envidia y los celos, para vivir con rencores y amargados! Esto separaba al hermano mayor del menor. ¿Cuántas cosas nos separan a nosotros hoy? Seguro que podremos decir que nos separan viejas ofensas, antipatías, prejuicios, celos, envidia. La lista es larga, casi interminable. El hermano mayor tenía motivos de sobra para sentirse desplazado y estar furioso. ¡Cuántas veces también nosotros tenemos motivos para sentirnos así! Sin embargo, el padre le ruega que entre. Le duele ver ese resentimiento que le impide  a su hijo mayor sumarse a la fiesta, pues él ama por igual a sus dos hijos.

            ¿Cuánto dolor sentirá nuestro Padre por todo aquello que hoy nos separa y nos impide festejar? Las mismas cosas unían a ambos hermanos: la casa, la sangre, el mismo apellido, el mismo amor. ¿Qué nos une hoy? La misma casa que nos fue dada por Dios que es el mundo, una misma sangre derramada para todos, el mismo cuerpo entregado  para todos, el mismo amor y la misericordia del Padre, un mismo apellido: cristiano y cristiana. Cada vez que nos juntamos en su nombre se vuelve a hacer presente la esperanza de ser un solo cuerpo en Cristo, y herederos de una misma promesa.

 

 

Oración: Perdónanos Señor, por las tantas y tantas veces en las que dejamos que odios, envidias y ofensas interfieran en nuestra vida como hermanos y hermanas de fe. Guíanos, apártanos del mal. Amén.

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