Thursday, February 16, 2023

February 16

Anniversary of the “Jerusalem” Church (Jagüey Grande)

Celebration of the Mission Church Marianao

THE REMOTENESS OF GOD

Luke 6:43-45

As the rain and snow come down from heaven and does not return to it…so too is the word that goes out of my mouth, it will not return to me empty, but will achieve the purpose for which I sent it.  (NIV)

Isaiah 55:10a-11b

God can seem distant, in the heavens, like rain and snow. But, just as these shower the land, so too does his word. The word of God is a word of hope.

God was far away for the Jewish exiles, confined far away in Israel, they couldn’t understand just where he had hidden. The Babylonian gods seemed much closer. How then to believe in the word of a god that was so distant, and who apparently could not avoid the disastrous invasion?  

Today, the Word of God is in the Bible, but it is not confined there; if it remained there, it would be ineffective, just as it would be if it had remained in Babylonia. But it fell like the rain and gave seed and sustenance, and the Jews returned to their land.

There are those who’d prefer that the Word of God remain locked away in the pages of the Bible, and not become flesh; but God came to this world and demonstrated that his word would not return to him without producing effect. The word of heaven rules the world, and is found in our realities. It collides with them, soaks into our neighborhood and then produces, fecundates, germinates, harvests and gives bread. When the biblical text is read in the reality of the people, the seed that becomes the tree of the Word of God emerges. The distant God becomes near.

 

Prayer: Keep us faithful, Lord, in the word of your love, restrain those, who in their evil, want to overturn your Kingdom. Amen.

 

Translation by John Walter

 

Febrero 16

Aniversario de la Iglesia “Jerusalén” (Jagüey Grande)

Celebración de la Iglesia dependiente en Marianao

LA LEJANÍA DE DIOS

Lucas 6:43-45

Así  como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá… así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto…

Isaías 55:10a-11b

Dios puede parecer lejano, en el cielo, como la lluvia y la nieve. Pero así como las mismas se derraman sobre la tierra, también su Palabra lo está. La Palabra de Dios es una palabra de esperanza. Para los exiliados judíos su Dios estaba lejos, confinado allá en Israel. No podían comprender dónde se había escondido. Los dioses babilonios parecían más cercanos. ¿Cómo creer en la palabra de un dios tan alejado y que aparentemente no pudo evitar el desastre de la invasión?

La Palabra de Dios está en la Biblia hoy día, pero no queda encerrada en ella. Si se quedara allí no produciría efecto, como tampoco si se hubiera quedado en Babilonia, cayó como la lluvia, y dio semilla y pan; los judíos regresaron a su tierra.

Hay quien quiere que la Palabra de Dios quede encerrada en las páginas de la Biblia, y no  que se haga carne, pero ya Dios vino a esta tierra y demostró que su Palabra no vuelve allí sin producir efecto. La Palabra del cielo riega la tierra, se encuentra con nuestras realidades, choca con ellas, se empapa en nuestro barrio y entonces produce, fecunda, germina, se cosecha y da pan. Cuando el texto bíblico es leído en la realidad de la gente, surge la semilla que se transforma en el árbol de la Palabra de Dios. El Dios lejano se hace cercano.

 

Oración: Sostennos firmes, Señor, en la Palabra de tu amor, refrena a los que en su maldad quieren derribar tu Reino. Amén.

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