Monday, January 23
PRAY FOR CONVERSIONS
OF THE HEART
1 THESSALONIANS 5
…encourage the timid, help the weak…
1 Thessalonians 5:14
In the origin and the
heart of ecumenism, there is an urgent call to repentance and conversion. We
must know how to mutually challenge one another in our Christian communities,
as Paul invites us in his first letter to the Thessalonians. If one or the
other is sowing division, it must be corrected; if some fear the implications
behind a costly reconciliation, they should be encouraged. Why hide it? If the divisions between Christians persist,
it is also due to lack of willingness, of a determined commitment to ecumenical
dialogue and even simply to lack of prayer for unity.
The bible tells us
that God sent Jonah to warn Nineveh and how the entire city later
repented. In the same way, Christian
communities should commit themselves to listen to the Word of God and to
repent. Throughout the last century, the
prophets of unity did not fail to remind unfaithful Christians of their
disunity and of the urgency of reconciliation.
Like the vigorous
intervention of Jesus in the temple, the call to reconciliation among
Christians can seriously disrupt our certainties. We also need to purify
ourselves. We should learn how to purify our hearts of everything that impedes
it from being a genuine house of prayer, concerned about the unity of all
nations.
Prayer: Lord, you wish for
the truth at the bottom of a human being, in the secrecy of our hearts; you
teach us wisdom. Grant that we be inspired to seek the
pathways of unity. Show us the necessary
conversions for reconciliation. Give to
each of us a renewed heart, a heart that is truly ecumenical, we pray. Amen.
translated by Elisa Menocal
ORAD
POR LA CONVERSIÓN DE
LOS CORAZONES
1 TESALONICENSES 5
Animad a los tímidos y sostened a los débiles
1 Tesalonicenses 5:14
En el
origen y en el corazón del ecumenismo, se encuentra una llamada urgente al
arrepentimiento y a la conversión. Es necesario sabernos desafiar mutuamente en
nuestras comunidades cristianas, como Pablo nos invita en la primera carta a
los Tesalonicenses. Si uno u otro siembra división, que se corrija; si algunos
tiene miedo a lo que implica una reconciliación costosa, que se animen. ¿Por qué ocultarlo? Si las divisiones
entre cristianos permanecen, es también por falta de voluntad, de comprometerse
con determinación en el diálogo ecuménico e incluso simplemente en la oración
por la unidad.
La
Biblia cuenta que Dios envió a Jonás para interpelar a Nínive y cómo luego toda
la ciudad se arrepintió. De la misma manera, las comunidades cristianas deben
ponerse a la escucha de la Palabra de Dios y arrepentirse. Durante el último
siglo, los profetas de la unidad no faltaron para recordar a los cristianos la
infidelidad de su desunión y la urgencia de la reconciliación.
A
imagen de la intervención vigorosa de Jesús en el templo, la llamada a la
reconciliación de los cristianos puede seriamente trastornar nuestras certezas.
Necesitamos purificamos también. Debemos saber purificar nuestro corazón de
todo lo que le impide ser una auténtica casa de oración, preocupada por la
unidad de todas las naciones.
Oración:
Señor, tú quieres la verdad en el fondo del ser; en el secreto de nuestro
corazón; tú nos enseñas la sabiduría. Haz que nos animemos en los caminos de la
unidad. Muéstranos las conversiones necesarias para la reconciliación. Da a
cada uno un corazón renovado, un corazón verdaderamente ecuménico; así te lo
pedimos. Amén.
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