Sunday, January 1, 2017

Sunday, January 1 New Year IN THE NEW YEAR GALATIANS 3:22-28


Sunday, January 1

New Year



IN THE NEW YEAR

GALATIANS 3:22-28



 . . .it is no longer I who live, but it is Christ who lives in me.

Galatians 2:20a



Today is the first day of the year, a time that is always favorable for looking in two important directions: one goes toward the past time that we have lived, and the other lifts the future that has not yet occurred, that is yet to come.



As concerns the past we receive a great lesson: an experience which is full of events and incidents and which lives in memory. Concerning the days which have yet to come, there is always the ardent desire to accomplish the best in life, and that life will give us the best that there is.



However, it is true that this time of a new year in the Christian life should not be just any time but one of deep reflection so that as believers we may have within us the best way of thinking, the most favorable balance, in order that we may spontaneously have a heartfelt and sincere evolution and may leave behind what is useless and disagreeable, the lost hours and negative acts. Let us fill our life with experiences of renewal and pardon.  But of course, considering everything, there is the hopeful intention of making our Lord Jesus Christ the center of life. Thus, the past and the future will hold for us the best lessons, and we can sustain ourselves in Him so that we can wisely evaluate the past and look toward the future with faith.



Prayer: God, our God, at the ending of one year and the beginning of another, there is in both a word of gratitude for your blessings in the time gone by. You have been loving and good.  Now we pray for your presence in us for everything that we have left in this life until we arrive in your presence for eternity. Amen.



Translated by John Potter



Año Nuevo



EN EL AÑO NUEVO

GÁLATAS 3:22-28



Con Cristo estoy juntamente crucificado

y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí...

Gálatas 2:20a



Hoy es el primer día del año, momento siempre propicio para dos miradas importantes: una que va al tiempo pasado que hemos vivido, y otra que se eleva en el futuro que ha de venir, que está por llegar.

En lo que concierne al ayer ganamos una gran lección: la experiencia de todo lo que fue cargado de hechos, de incidentes que viven en el recuerdo. Sobre los días que han de venir, siempre el deseo más ferviente de lograr lo mejor para la vida, de aspirar a que la vida nos prodigue lo mejor que pueda existir.

Pero es lo cierto que esta época de año nuevo en la vida cristiana no debe ser momento cualquiera, sino de honda reflexión para que como creyentes haya en nosotros los mejores pensamientos, el balance más positivo. Para que tengamos espontáneamente una evolución sentida y sincera, y pueda quedar atrás lo inútil y desagradable, las horas perdidas o acciones negativas. Llenemos nuestra vida con experiencias de renovación y perdón. Por supuesto, a la luz de todo, hay un propósito esperanzador de hacer de nuestro Señor Jesucristo el centro de la vida. Así, el pasado y el futuro tendrán las mejores lecciones y podremos sustentarnos en Él, para sabiamente valorar el pasado y esperar con fe en el futuro.



Oración: Dios nuestro, al terminar un año y comenzar el nuevo, hay en todos una palabra de gratitud por tus bendiciones en el tiempo transcurrido. Tú has sido amoroso y bueno. Ahora rogamos tu presencia en nosotros, por todo lo que nos queda en esta vida, hasta lograr tu compañía por la eternidad. Amén.






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