Thursday, January 12
BUILDING THE KINGDOM
PSALM 12
Nor should there be
obscenity, foolish talk, or coarse joking,
which are out of place,
but rather thanksgiving.
Ephesians 5:4
I spend a good bit of my time trying to explain to
my small daughter where true beauty lies. I tell her that beauty does not exclusively
reside in the clothes we wear or in our physical appearance. Time and time
again I recite the phrase by Martí: A good, smart, and neat child is always
beautiful.
Nevertheless, I recognize that away from home my
daughter is subject to experiences marked by violence, lack of respect and care
for our human relations. On no few occasions, she is also exposed to hearing
curse words and disrespectful or discriminatory phrases that I fear may come to
be part of her vocabulary.
As Christians, we have the responsibility of
educating in the values of common sense, peace, good manners, speaking
correctly, and other attitudes the Bible teaches us. But our work, in this
sense, shouldn’t be reduced to those we consider to be in our flock. We should
continuously check our behavior, our way of expressing ourselves, and take
measure of the relationships around us. Without doubt, one way to be thankful
to God is by building the kingdom that’s near us with an educative and
responsible ethic that considers that which is learned in Jesus’ teachings.
Prayer: Lord, help us to understand where true beauty
lies. Let us educate our sons and daughters so that they understand the need to
express themselves correctly and to give testimony of their faith in you. Amen.
Translated by John Walter
EDIFICANDO EL
REINO
SALMO 12
Ni palabras
deshonestas, ni necedades, ni truhanerías,
que no
convienen; sino antes bien acciones de gracias.
Efesios 5:4
Empleo mucha parte de mi tiempo
tratando de explicar a mi pequeña hija dónde está la verdadera belleza. Le digo
que la hermosura no radica exclusivamente en la ropa que vestimos o en nuestro
físico. Una y otra vez le recito la frase de Martí: un niño bueno,
inteligente y aseado es siempre hermoso.
Sin embargo, reconozco que
fuera de casa mi hija está sometida a vivencias marcadas por la violencia, la
falta de respeto y de cuidado en nuestras relaciones humanas. Ella también está
expuesta, en no pocas ocasiones, a la escucha de palabrotas, frases despectivas
o excluyentes que temo vaya asumiendo como parte de su lenguaje.
Nosotros los cristianos tenemos
la responsabilidad de educar en los valores de la cordura, la paz, las buenas
costumbres, el hablar correctamente y otras actitudes que nos enseña la Biblia.
Pero nuestra labor en este sentido no debe reducirse a los que consideramos de
nuestro rebaño. Continuamente debemos revisar nuestra conducta, nuestra manera
de expresarnos, y cuidar también de las relaciones a nuestro alrededor. Una
manera de ser agradecidos a Dios, es sin dudas, edificando el reino a nuestro
alrededor con una labor educativa responsable que dé cuenta de lo aprendido con
las enseñanzas de Jesús.
Oración: Señor,
ayúdanos a comprender dónde radica la verdadera belleza. Permítenos educar a
nuestros hijos e hijas, para que comprendan la necesidad de expresarse
correctamente y dar testimonio de su fe en ti. Amén.
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