Sunday, January 22
PRAY BECAUSE YOU NEED
TO
1
THESSALONIANS 5
Help the weak
1 Thessalonians 5:14
Deeply afflicted by
her barrenness, Hannah begged God to give her a child: her prayer was heard, and eventually Samuel
(whose name means “I asked the Lord for him”) was born. In the Gospel of Luke, Jesus himself tells us
that he who asks, receives; we thus address God in prayer so that he will
respond to our needs. The response may not correspond to what we hope, but God
always answers us. The power of prayer
is immense, especially when it is tied to service. The Gospel teaches us that Christ wants us to
love one another and to help one another.
In the letter of Paul to the Thessalonians, the topic of service is
reiterated with the command: Help the weak. We know that it is
possible to respond in an ecumenical and concrete fashion to misery and helplessness. Churches of different traditions often work
hand in hand, but in some instances their testimony is seriously weakened by
their lack of unity. When we wish to pray together, we are at times deeply
distrustful with respect to the different forms of prayer that we find in other
Christian traditions; Catholics addressing their prayers to God through the
intercession of the saints or of Mary, the mother of Jesus; the prayers of the
orthodox liturgies; Pentecostal prayers; etc.
Without a doubt, faith
in the power of prayer is a common element in all our traditions and it can
contribute greatly to the cause of Christian unity, once we have understood and
overcome our differences. In our
prayers, we should support all dialogues that keep our churches above the
differences of opinion that in turn keep us from gathering together at the
Lord’s table. Jointly celebrating the memory of Christ and raising our communal
thanksgiving toward him will allow us to take a great step forward on the path
of unity.
Prayer: Lord,
help us to be truly one when we pray for the healing of our world, about
divisions between our churches and for our own healing. In the name of Jesus Christ. Amen.
translated by Elisa Menocal
ORAD PORQUE TENEMOS NECESIDAD
1 TESALONICENSES 5
Sostened
a los débiles
1
Tesalonicenses 5:14
Profundamente
afligida por su esterilidad, Ana imploró a Dios para que le concediera un
niño: su oración fue escuchada y, pasados unos días, nació Samuel (que
significa “al Señor se lo pedí”). En el evangelio de Lucas, Jesús mismo nos
dice que quien pide recibe; así en la oración, nos dirigimos a Dios para
que responda a nuestras necesidades. La respuesta puede no corresponder a lo
que esperamos, pero Dios nos responde siempre. El poder de la oración es inmenso,
sobre todo cuando está vinculado al servicio. El Evangelio nos enseña que
Cristo quiere que nos amemos y que nos ayudemos unos a otros. En la carta de
Pablo a los Tesalonicenses, el tema del servicio se reanuda con el imperativo: Sostened
a los débiles. Sabemos que es posible responder de manera ecuménica y concreta a la miseria y al desamparo. Las
Iglesias de tradiciones diferentes trabajan a menudo mano a mano, pero en
algunas circunstancias su testimonio es seriamente debilitado por su falta de
unidad. Cuando queremos orar juntos, a veces somos profundamente desconfiados
respecto a las distintas formas de oración que encontramos en otras tradiciones
cristianas: las oraciones de los católicos dirigidos a Dios por la intersección
de los santos o de María, la madre de Jesús; las oraciones litúrgicas
ortodoxas; las oraciones pentecostales; etc.
Es
indudable que la fe en el poder de la oración es común al conjunto de nuestras
tradiciones y puede contribuir mucho a la causa de la unidad cristiana, una vez
que hayamos comprendido y superado nuestras diferencias. Debemos apoyar con
nuestras oraciones todos los diálogos que mantienen nuestras Iglesias sobre las
divergencias que impiden aún reunirnos en torno a la mesa del Señor. Celebrar
juntos el memorial de Cristo y elevar hacia él nuestra común acción de gracias,
nos permitirá realizar un gran paso adelante en el camino de la unidad.
Oración: Señor, ayúdanos a ser de verdad uno
cuando rogamos por la curación de nuestro mundo, de las divisiones entre
nuestras Iglesias y por nuestra propia curación. En el nombre de Jesucristo. Amén.
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