Monday, March 27
GOD IS ALWAYS THERE
ISAIAH 66:3
I sought the LORD and
he answered me…
Psalm 34:4
My father was always a very special person for me because of all the love
and tenderness with which he raised me.
As he lay dying, I sat close to him, observing how he suffered. In
desperation, my mother would read the Bible and would pass her hand through his
hair, kissing his forehead and praying. Up until that moment, I had not
accepted that God existed; that He was truly a living and omnipotent God.
Something occurred inside of me and I remembered the Our Father from
having learned it as a girl and I began to recite it repeatedly. At once I saw the response of that great God
that is ours: my father was filled with
great peace and he passed away peacefully from this world.
I left that hospital room, looked for a place to sit down beneath the
starry sky of the dawn. A gentle breeze
enveloped me and a barely perceptible mist touched me. God was right there in
sweet tenderness, telling me: “You are not alone. You cried out to me and I answered you. I love you.”
Prayer: Our Father, thank you for
your unconditional love for your sons and daughters. I pray for your mercy to those for have
suffered the loss of a loved one. Amen
Translation
by Elisa Menocal
DIOS SIEMPRE ESTA AHÍ
ISAIAS 66:3
Busqué a Jehová y Él me oyó…
Salmo 34:4
Mi padre fue siempre alguien muy especial para mí por todo el amor y ternura con
que me educó. Al partir físicamente yo estaba junto a Él observando como
agonizaba. Desesperadamente mi madre le leía la Biblia y le pasaba la mano por
sus cabellos, besaba su frente y oraba. Yo hasta ese momento nunca había
aceptado que Dios existía, que era realmente un Dios vivo y todopoderoso.
Algo
ocurrió dentro de mí que recordé el Padre Nuestro que había aprendido de niña y
comencé a repetirlo sin cesar una y otra vez. Al instante vi la respuesta de
ese Dios tan grande que tenemos: mi padre fue lleno de mucha paz y partió
apaciblemente de este mundo.
Salí
de aquella sala de Hospital, busqué un lugar para sentarme bajo el cielo
estrellado de la madrugada, una brisa muy suave me envolvía y una llovizna casi
imperceptible me tocó. Ahí estaba Dios en una dulce caricia, diciéndome: “No
estás sola. Clamaste a mí y te respondí, yo te amo.”
Oración:
Padre
Nuestro gracias por tu amor incondicional por tus hijos e hijas. Ruego por tu
misericordia para aquellos que sufren la pérdida de un ser querido. Amén.
No comments:
Post a Comment