Saturday, March 11
JOY EVEN IN SUFFERING
LUKE
9:18-27
The
Son of Man must suffer many things and be rejected by the elders,
the
chief priests and the teachers of the law,
and
he must be killed and on the third day be raised to life.
Luke 9: 22
It is true that our human sufferings needn’t be an obstacle to the joy
and peace we so desire; rather, they can be a means to achieve that joy and
peace. The great secret of the spiritual life of Christ’s followers is that all
that we experience, whether it be joy or sadness, happiness or pain, health or
illness, can be part of the passage toward the completion of our humanity, our
human condition.
It’s easy to say to ourselves, “All that is good and beautiful leads us
to the glory of the sons and daughters of God.” But it’s very hard to say,
“Didn’t you know that all must suffer this way to enter into our glory?”
Don’t attempt to practice the famous refrain: “put a good face on during
evil times”: rather, experience the joy our hearts feel for God’s company
despite the problems. This will assist in converting our laments into dance.
May we trust that with God’s help our affliction can be the portal to
joyfulness.
Prayer: Lord, you who conquered temptation, we ask
that you give us strength to trust in you for the times we’re tempted to worry
about something. May this Lent be a time to strengthen our faith and to seek
your mercy. Amen.
Translated by John Walter
ALEGRÍA AUN EN EL SUFRIMIENTO
LUCAS 9:18-27
Es necesario que el hijo del hombre
padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día
Lucas 9: 22
La verdad es que nuestros humanos sufrimientos no
necesitan ser un obstáculo para la alegría y la paz que tanto deseamos, sino
que se pueden convertir en el medio para llegar
a ellas.
El gran secreto de la vida espiritual de los
seguidores de Cristo es que todo lo que vivamos, ya sea alegría o tristeza,
regocijo o dolor, salud o enfermedad, puede ser parte del viaje hacia la plena
realización de nuestra humanidad, de nuestra condición humana.
No es difícil decirnos unos a otros: “Todo lo que
sea bueno y hermoso nos conduce a la gloria de los hijos e hijas de Dios”, pero
es muy duro decir: “¿no sabías que todos tenemos que padecer para así entrar en
nuestra gloria?”
No se trata de practicar el famoso refrán: a mal
tiempo, buena cara; sino experimentar que a pesar de los problemas, nuestro
corazón siente el gozo por la compañía de Dios. Esto ayudará a convertir
nuestro lamento en danza. Tengamos la confianza de que con la ayuda de Dios
nuestra aflicción puede ser la vía de entrada hacia el regocijo.
Oración: Señor, tú que
venciste la tentación, te pedimos que nos des fortaleza para cuando seamos
tentado a preocuparme por algo, podamos confiar en ti. Permite que este tiempo
de Cuaresma nos permite afianzar nuestra fe y buscar tu misericordia. Amén
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