Sunday, April 5 Easter Sunday RUNNING TOWARD JESUS JOHN 20:1-10

Sunday, April 5

Easter Sunday

RUNNING TOWARD JESUS

JOHn 20:1-10

Both were running, but the other disciple outran Peter and reached the tomb first.

John 20:4

This is the famous race by Peter and John (the disciple whom Jesus loved) with the goal of reaching a transcendental place in history:  the scene of the resurrection.
We can just imagine the emotion throughout the entire race.  One of them, John, always loyal to his Teacher Jesus, even at the difficult moment of the cross, together with the Marys and the other women who, like him, courageously withstood discipleship beyond the dangers that this could bring them. The other one, Peter, always impetuous, filled with verve, but running with a heavy burden hanging over him:  having denied Jesus at the precise moment of his mockery and crucifixion. Both of them ran, but in spite of being more intrepid, Peter’s great burden would not allow him to arrive first. 

We should ask ourselves at this time of Easter:  in our constant race in order to encounter Jesus, are we running upon light feet like John, without shame or a pending account payable to Jesus? Or are we like Peter, in a race of distress, in order to assume our responsibilities and make up for our past errors? Regardless of the response, let us remember that the important thing is not to lose our way.  Our eternal guide is the light of Jesus resurrected, beyond what we have achieved, in our failures or our goals on the path of life and faith to which Jesus has motivated us. It is very good to know that this race between John and Peter confirmed the certainty of the resurrection. It is good that everything that happens to us on the path of faith works toward securing our passage on the race toward the certainty of the resurrection of Jesus the Christ.

Prayer: Oh God, may it be you who inspires and sustains us in this beautiful and difficult race toward the abundance of your eternal kingdom. Amen.

Domingo de Resurrección

Correr hacia Jesús

Juan 20:1-10

Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió

más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

Juan 20:4

Es esta una famosa carrera de Pedro y Juan (el discípulo al que Jesús amaba) teniendo por meta un lugar trascendente en la historia: el escenario de la resurrección. Podemos imaginar cuánta emoción en todo el trayecto. Uno, Juan, siempre fiel a su Maestro Jesús, incluso en el momento difícil de la cruz, junto a las Marías y otras mujeres que como él asumieron con valentía el discipulado, más allá de los peligros que esto pudiera traerles. Otro, Pedro, impetuoso siempre, lleno de bríos, pero corriendo con una gran carga a cuestas: haber negado a Jesús en el momento preciso de su escarnio y crucifixión. Ambos corrieron, pero no le valió a Pedro el ser más intrépido, su gran carga no le permitió llegar primero. Vale preguntarnos en este tiempo de Pascua: en nuestra constante carrera para encontrarnos con Jesús ¿Acaso corremos ligeros como Juan, sin vergüenzas ni cuentas pendientes con Jesús? ¿O seremos como Pedro, en carrera atribulada, para asumir nuestras responsabilidades, nuestras faltas del pasado? Sea una u otra la respuesta, recordemos que lo importante es no perder el rumbo. Nuestra eterna guía es la luz de Jesús resucitado, más allá de lo que hemos logrado, en lo que hemos fallado o lo que tengamos que alcanzar en el camino de vida y fe al que Jesús nos ha impulsado. Qué bueno es saber que esta carrera de Juan y Pedro afirmó la certidumbre de la resurrección. Qué bueno si todo lo que nos ocurre en el camino de la fe, obra para afianzar nuestro paso en la carrera hacia la certeza de la resurrección de Jesús el Cristo.

Oración: Oh Dios, que seas tú quien nos anime y sustente en este hermosa y difícil carrera hacia la plenitud de tu reino eterno. Amén.