Friday, September 18, 2020

 

Friday, September 18

EVEN IF WHAT’S MISSING

HABAKKUK 3:7-19

Yet I will rejoice in the Lord, I will be joyful in God my Savior.  (NIV)

Habakkuk 3:18

We are justified by faith, and it’s unconditional when we give ourselves to Christ, above all in actions that bear testimony, “since by their fruits you will know them.” The text that heads this reflection was a motto for a year in our church during the 90s. On reading it every Sunday it invited me to live it every day.    

At every moment of crisis that appears to us in a cyclical way, we must remember that joy can never paralyze us, because it is part of the communion of the Holy Spirit with our Father. The precarious situations that we go through should not make us lose the joy of living in the earthly kingdom, which does not exclude affliction.

I have been able to share with brothers and sisters that, despite grave circumstances, they should not fail to show joy. It is behavior similar to that of workers in educational, medical, gastronomic services, or of any kind, who provide services and manage to transmit that much needed positive energy.

My pastor says in one of his reflections, “... let us not fear if we have to suffer because of our faith; we need it to be tested, and thus strengthened.”  

 

Prayer: Father, may our daily living be an inexhaustible source of life of hope, faith and love toward others, despite the adversities of life. In Jesus. Amen.

Translation by John Walter

 

Septiembre 18,  viernes

AUNQUE FALTE LO QUE FALTE

HABACUC 3:7-19

Con todo, yo me alegrare en el Señor. Y me gozaréen el Dios de mi salvación”.

 Habacuc 3:18

             Somos justificados por FE y es incondicional cuando nos entregamos a Cristo sobre todo en acciones que dan testimonio pues por sus frutos los conoceréis. El texto que encabeza esta reflexión fue un lema por una año en nuestra Iglesia durante los '90. Al leerlo cada domingo me invitaba para que lo viviera todos los días.

             En todo momento de crisis que de forma cíclica se nos aparece, tenemos que recordar que el GOZO jamás se nos puede paralizar pues es parte de la comunión del Espíritu Santo con nuestro Padre, las situaciones precarias por las cuales atravesamos, no debe hacernos perder el gozo de vivir el Reino terrenal, que no excluye aflicciones.

             He podido compartir con hermanos/as que, a pesar de graves circunstancia no dejan de mostrar regocijo. Es comportamiento que se asemeja al  de trabajadores en los servicios educacionales, médicos, gastronómicos, o de cualquier tipo, que prestan servicios y logran transmitir esa tan necesaria “energía positiva”.

             Mi pastor dice en una de sus reflexiones: “... no temamos si nos toca padecer a causa de la fe, necesitamos que sea probada y así fortalecida”.

 

Oración: Padre, permite que nuestro diario vivir sea una fuente de vida inagotable de esperanza, fe y amor hacia los demás a pesar de adversidades en la vida. Por Jesús, amén.

 

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