Tuesday, February 8

WHEN DO WE KILL THE PROPHETS?

Luke 13:31-35

“Jerusalem, Jerusalem, you who kill the prophets and stone those sent to you!” (NIV)

Luke 13:34a

            Various questions seize and anguish me on reading this text.  In what way do we continue killing the prophets of God today? Is it that, on occasion, we’re like the Pharisees who supposedly were in favor of Jesus, but attempt to thwart his action in the world because it seemed risky to them?

            When we stop serving the vulnerable we’re killing the prophets; when we proclaim Jesus but do not live according to his example we are killing the prophets; when we are captive of apathy, with our lack of initiative and commitment to his work we are killing the prophets; when our human relations are superficial or are seasoned with unhealthy ingredients such as gossip, arrogance and the lack of compassion, we are killing the prophets. It’s then when Jesus, our good shepherd, can only regret each failed attempt to bring us back to his fold.

            God wants Jesus’ lament to make us return from our errors and raise the prophets and proclaim his message!

 

Prayer:  Forgive us, God, for the times in which we ignore your message or forget it with a false testimony. Help us to construct, today and every day of our lives, the Kingdom announced by your Son. Amen.

 

Translation by John Walter

 

Febrero 8, martes

¿CUÁNDO MATAMOS A LOS PROFETAS?

Lucas 13:31-35

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti!

Lucas 13:34a

            Al leer este texto varias preguntas me asaltan y me angustian ¿De qué maneras seguimos hoy matando a los profetas de Dios? ¿En ocasiones somos como los fariseos, que supuestamente están a favor de Jesús, pero intentan detener su acción en el mundo, porque les parece riesgosa?

            Cuando dejamos de servir a los vulnerables matamos a los profetas; cuando proclamamos a Jesús pero no vivimos según su ejemplo, matamos a los profetas; cuando somos presa de la apatía, la falta de iniciativa y de compromiso con su obra, matamos a los profetas; cuando nuestras relaciones humanas son superficiales o están condimentadas con ingredientes malsanos como el chisme, la arrogancia, y la falta de compasión, matamos a los profetas. Es entonces cuando Jesús, nuestro buen pastor, solo puede lamentarse por cada intento fallido de regresarnos a su redil.

            ¡Quiera Dios que el lamento de Jesús nos haga regresar de nuestros errores para levantar a los profetas y proclamar su mensaje!

 

Oración: Perdónanos Dios, por las veces en las que desconocemos tu mensaje o lo olvidamos con un testimonio falso. Ayúdanos a construir hoy, y todos los días de nuestra vida, el Reino anunciado por tu Hijo. Amén.