Tuesday, February 15
CONTENTING OURSELVES WITH WHAT WE HAVE
1 Timothy 6:6-8
As it is written in the book of the words of Isaiah the prophet: “a voice of one calling in the wilderness,’ prepare the way for the Lord, make straight the path for him.’ (NIV)
Luke 3:4
Actually, to content ourselves with that which we possess is not an easy thing. We live in the era of consumerism. Our society stimulates us to want more and more. We dream about a better job, a greater salary, a better and prettier house, better clothes and shoes, etc. In short, our concentration and our efforts are turned toward consumption, and this can complicate our happiness. Beside that, it’s almost impossible to relax and live in peace since the anxiety to purchase is transformed into one of our life’s objectives.
Whoever lives trying to reach this objective many times loses the perspective of what’s really important, and more even, that compulsion can make us leave aside our family and even turn away from God.
Be happy with what you have. That doesn’t mean that you should be lazy, idle, or indolent, but that directive will incentivize you to have equilibrium. Simplicity and contentment bring peace to the heart and to the family. Put God in first place in your life and be happy for having what’s necessary to live. Jesus conquered for you what’s really important on the cross: eternal life with God.
Prayer: Lord, at times it’s hard for me to feel satisfied with all I have been blessed with. Help me to contentment and peace in my heart. Amen.
Translation by John Walter
Febrero 15, martes
CONTENTANDONOS CON LO QUE TENEMOS
1 Timoteo 6:6-8
Mucho tiempo atrás, el profeta Isaías había escrito acerca de Juan: Alguien grita en el desierto: prepárenle el camino a nuestro Dios. ¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!
Lucas 3:4
Actualmente, contentarse con aquello que poseemos no es cosa fácil. Vivimos en la era del consumismo. Nuestra sociedad nos estimula a querer más y más. Soñamos con un trabajo mejor, un salario mayor, una casa mejor y más bonita, ropa y zapatos mejores, etc. En definitiva, nuestra concentración y nuestro empeño se vuelcan hacia el consumo, y ello puede complicar nuestra felicidad. Además de ello, se torna casi imposible relajarse y vivir en paz, ya que el ansia de comprar se transforma en uno de los objetivos de nuestra vida.
Quien vive tratando de alcanzar ese objetivo, muchas veces pierde la perspectiva de lo que realmente importa; y más aun, esa compulsión puede hacernos dejar de lado a la familia, y hasta alejarnos de Dios.
Conténtese con lo que tiene. Eso no significa que usted deba ser perezoso, holgazán o indolente. Pero esa directiva lo incentivará a tener equilibrio. Simplicidad y contentamiento traen paz al corazón y a la familia. Ponga a Dios en primer lugar en su vida y alégrese por tener lo necesario para vivir. En definitiva, Jesús conquistó para usted en la cruz lo que realmente importa: vida eterna con Dios.
Oración: Señor, a veces es difícil para mí sentirme satisfecha con todo con lo que he sido bendecida. Ayúdame a tener contentamiento y paz en mi corazón. Amén.
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