March  2, Wednesday

Anniversary of “Rev. Ricardo Jorge” Church. ( Perico)

Ash Wednesday

HAVE MERCY ON ME LORD

Psalm 51:3-17

Do not cast me away from your presence, and do not take you holy spirit from me.

Psalm 51:11 (NRSV)

            We don’t like to pronounce the word sin. I don’t know if it’s out of fear or because we think we’re free from it. However, each one of us experiences, in the depths of our being,  the presence of a negative force and the rejection of the light and the gift of himself. This force is not something external, but part of ourselves,  and is our work. 

            “ For your love, oh God, have mercy on me.” In this psalm the sense of personal guilt is clearly expressed, however attenuated it may be, given the deficient moral condition of  human beings from the first moment of their  existence.   But the psalmist cries out his hope:  although the human being is corrupted, purity of heart is not an unrealizable dream, because beyond all evil is God’s forgiveness. Beyond all the evil force that may exist, there is the force of God.  God who created the human being by communicating his spirit can also recreate and renew him. He only needs our recognition and repentance.

            This psalm is bathed completely in an atmosphere of serenity. God does  not want our death, but for us to live. And the sinner, forgiven and sure of God’s incessant forgiveness, will be in the middle of  the bitter and pessimistic world, the witness of divine mercy.

 

Prayer: Beloved Father, let us be able to recognize and repent of our sins so that we have the power to be forgiven by you. Amen.

 

Translation by Pat Metcalf

 

 

Marzo 2, miércoles

Aniversario de la Iglesia “ Rev. Ricardo Jorge”( Perico)

Miércoles de Ceniza

TEN COMPASIÓN DE MI SEÑOR

Salmo 51:3-17

No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu.

Salmo 51:11

            No nos gusta pronunciar la palabra pecado, no sé si es por miedo o porque pensamos que estamos libres de él. Sin embargo, cada uno de nosotros experimenta en lo más profundo de su ser la presencia de una fuerza negativa y de rechazo a la luz y al don de sí mismo. Esta fuerza no es algo exterior, sino que parte de nuestro yo, y es obra nuestra.

            “Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mi”. En este salmo se expresa claramente el sentido de la culpabilidad personal, por atenuada que sea, dada la condición moral deficiente del ser humano desde el primer instante de su existencia. Pero el salmista grita su esperanza: el ser humano no está corrompido de manera definitiva, la pureza de corazón no es un sueño irrealizable, pues mas allá de todo mal está el perdón de Dios; mas allá de toda la fuerza maligna que pueda existir, está la fuerza de Dios: Dios, que creó al ser humano comunicáándole su espíritu, lo puede también recrear y renovar, solo necesita de nuestro reconocimiento y arrepentimiento.

            Todo este salmo esta bañado de una atmosfera de serenidad, pues Dios no quiere nuestra muerte, sino que vivamos. Y el pecador, perdonado y seguro del perdón incesante Dios, será, en medio del mundo amargado y pesimista, el testigo de la misericordia divina.

 

Oración: Padre amado, permite que podamos reconocer y arrepentirnos de nuestros pecados para poder ser perdonados por ti. Amén.