Monday, August 1, 2022

AUGUST 1

ADVICE TO YOUNG PEOPLE

Ecclesiastes 11:9-10

You who are young, be happy while you are young…

Ecclesiastes 11:9a (NIV)

            In these times, young people and adults should have such a degree of maturity that both can truly feel like “brothers” and “sisters”. The words “brothers” or “sisters” are in quotation marks, because sometimes within our churches, with a mostly adult membership, there is a certain degree of misunderstanding that has not yet been overcome, the way  older ones address the young people or refer to them in a very paternalistic way. The intentions are good, but paternalism makes the older  underestimate the values of the younger. For example: their faith is not seen or noticed. These young people then adopt the same posture as when they were adolescents and, therefore are identified as children without thinking that they have already passed that stage. They are adults, capable of occupying positions in their school or work, in short of carrying out a successful social work. Many times this is not recognized in our congregations, because the older ones continue to see the younger as small.

            I believe that we must seek in the joy of youth, a life of witness and faith, not pretending that all are equally consecrated. Remember that we will all be judged and we do not have, neither young, nor children, nor elderly, reason to judge each other. Therefore I ask the older ones to pray for the joy of youth and the younger ones to think of the elderly, achieving the  harmony and love we all wish to spread.

 

Prayer: Lord, we ask you for the true community that we know.

 

Translation by Pat Metcalf

 

AGOSTO 1

CONSEJO A LOS JOVENES

Eclesiastés 11:9-10

Alégrate joven, en tu juventud…

Eclesiastés 11:9a

            En estos tiempos jóvenes y adultos deben tener un grado de madurez tal, que ambos puedan sentirse verdaderamente como “hermanos”. La palabra hermanos va entre comillas, pues en ocasiones en nuestras iglesias, de membresía mayoritariamente adulta, existe cierto grado de incomprensión que aún no se ha superado, los más viejos se dirigen a los jóvenes o se refieren a ellos de una manera muy paternalista, las intenciones son buenas, pero el paternalismo hace subestimar los valores. Por ejemplo: no se les ve o nota su fe. Estos jóvenes adoptan la misma postura que cuando adolescentes y, por tanto, son identificados como pequeños sin pensar que ya han rebasado esa etapa, son adultos,  capaces de ocupar puestos en su centro de estudios o trabajo, en fin, realizar una labor social exitosa realmente y muchas veces esto no se reconoce en nuestras congregaciones, pues los más viejos siguen viéndoles como pequeños.

            Creo que hay que buscar en la alegría de la juventud una vida de testimonio y fe, no pretender que todos sean consagrados por igual y recordar que nosotros todos seremos juzgados y no tenemos, ni jóvenes, ni niños, ni ancianos, el por qué juzgarnos unos a los otros. Por ello les pido a los más “viejitos” que oren por la alegría de la juventud y a los más jóvenes a pensar en los de la tercera edad, logrando con armonía y amor la hermandad que todos deseamos esparcir.

 

Oración: Señor, te pedimos por la verdadera hermandad que conocemos. Amén.

 

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