AUGUST 3
Anniversary of the “Rev. Evaristo Collazo” Church (Remedios)
CONFESSION OF SIN
1 John 1: 6-10
If we claim to be without sin, we deceive ourselves and the truth is not in us.
John 1:8 (NIV)
We Presbyterians have a certain problem in dealing with issues related to sin. It is true that in our liturgies there is no lack of time for confession, but in general it is something rather routine and stereotyped. How much do we really feel like sinners?
Roman Catholic practice links confession to appearing before a priest for judgment and absolution, with certain requirements in between. Within our Reformed tradition the practice obeys the need for recognition of human sin, always present, as an obstacle to our communion with one another, and with God.
Leafing through a book of prayers by Walter Brueggemann, I was struck by the fact that this Old Testament specialist mentions in some of them the sad reality of our constant distortion of the biblical God. He affirms that we go on making interpretations that suit us; we distort the divine order as it is presented to us. Our nature continues to ignore our sinfulness in this attempt to be “like gods.
Prayer: Holy God, lead us not into the temptation to be comfortable with our own versions of how to fulfill your will. Give us humble hearts to confess our faults and obey you. Through Jesus Christ. Amen.
Translation by Pat Metcalf
AGOSTO 3
Aniversario de la Iglesia “Rev. Evaristo Collazo” (Remedios)
CONFESION DE PECADOS
1 Juan 1: 6-10
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad
1 Juan 1:7
Nosotros los presbiterianos tenemos cierto problema para tratar los temas relacionados con el pecado, cierto es que en nuestras liturgias no falta un tiempo para la confesión, pero por lo general es algo más bien rutinario y estereotipado. ¿Cuán realmente nos sentimos pecadores?
La práctica católico-romana vincula la confesión a presentarse ante un sacerdote, para que este dictamine y sentencie la absolución, con determinados requisitos por medio. Dentro de nuestra tradición reformada la práctica obedece a la necesidad de reconocimiento del pecado humano, siempre presente, como obstáculo para nuestra comunión unos con otros, y con Dios.
Hojeando un libro de oraciones de Walter Brueggemann, me impactó que este especialista en Antiguo Testamento menciona en algunas de ellas la triste realidad de nuestro constante distorsionar al Dios bíblico; él afirma que vamos haciendo interpretaciones que nos acomoden, tergiversamos la orden divina tal como se nos presenta. Nuestra naturaleza sigue desconociendo nuestra pecaminosidad en ese intento de ser “como dioses”.
Oración: Dios santo, no nos dejes caer en la tentación de sentirnos cómodos con nuestras propias versiones de cómo cumplir tu voluntad. Danos corazones humildes para confesarte nuestras faltas y obedecerte. Por Jesucristo. Amén.
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