AUGUST 24

COMPLYING WITH YOUR WILL

John 8:21-30

The one who sent me is with me; he has not left me alone, for I always do what pleases him.

John 8:29 (NIV)

            Doing what pleases God is the greatest concern of all good believers who know that this is the best way to stay away from the influences that always exert sin. Not doing what pleases God always carries difficulties for us, but even more, it makes us want God to do what we wish. The worst deaf person is not the one who can’t hear but the one who only hears what he wants to hear.

            In front of Jesus, the Jewish leaders looked for all types of excuses to evade their responsibility. Their questions were not so much ridiculous as they were intentionally evil. According to John, Jesus resorted to something that was affecting the thinking of his questioners: the division between good and bad, that which was from above and that from below, that of the other world and that of this world.

            There is nothing easier than looking for the one who is accountable for our errors or mistakes; but we will not always come out unscathed by our intent. The dialogue between Jesus and the Jewish leaders happened long ago, but we are near to Jesus now and we know that his message is from the Father. We invite you to listen and become part of that group that began to believe in Him and to live in accordance with his teachings.

 

Prayer: Lord, open our ears to your Word and accept our faith in you. Through Jesus, Amen.

 

Translation by Deborah McEachran

 

AGOSTO 24

CUMPLIENDO CON SU VOLUNTAD

Juan 8:21-30

Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada

Juan 8:29

            Hacer lo que a Dios agrada es la gran preocupación de todo buen creyente que sabe que esta es la mejor manera de estar fuera de la influencia que siempre ejerce el pecado. No hacer lo que a Dios agrada siempre nos acarrea dificultades, pero más nos afecta querer que Dios haga lo que deseamos. El peor sordo no es el que no quiere oír, sino aquel a quien le gusta oír lo que le conviene.

            Los judíos buscaron todo tipo de excusas para evadir la responsabilidad ante Jesús. Sus preguntas no eran tan ridículas como mal intencionadas. Jesús recurre, según Juan, a algo que estaba afectando el pensamiento de sus interlocutores: la división entre lo bueno y lo malo, lo de arriba y lo de abajo, lo del otro mundo y lo de este mundo.

            No hay nada más fácil que buscar a quien responsabilizar de nuestros errores o desaciertos; pero no siempre saldremos ilesos del intento. El diálogo de Jesús con los judíos es algo lejano, pero nosotros estamos cerca y sabemos que su mensaje es el del Padre. Le invitamos a que le oiga y entre a formar parte de aquel grupo que comenzó a creer en Él y a vivir de acuerdo a sus enseñanzas.

 

Oración: Señor, abre nuestros oídos a tu Palabra y acepta nuestra fe en ti. Por Jesús. Amén.