Saturday, August 6, 2022

AUGUST 6

MY STRONG ROCK

Psalm 31:1-3

Turn your ear to me, come quickly to my rescue, be my rock of refuge, a strong fortress to save me.

Psalm  31: 2b(NIV)

            Have you ever tried to cross a stream by jumping from rock to rock?

            As the stones are close to each other and seem large enough to support our feet, we experience a sense of security, we move forward slowly, keeping our balance on each jump before taking the next one. 

            But sometimes the next rock seems to be a little far from our reach, and doubt or fear paralyzes us, we stop the movement, there is no progress or satisfaction, rather we abandon the attempt if it seems to us that the water is deep.

            The real challenge lies in moving forward; it is a true test of faith to have our feet in the void, without support. But with the intuition that we will succeed, with the courage to let go of rigidity or fear, we can launch ourselves and embrace a new vision beyond our uncertainties.

            This is what I liken to trusting God. Even with our feet in the air, off the rock, we can be aware of his sure presence, as a fortress that saves us

 

Prayer: Allow us, Lord, to feel You at every moment, and make You our strong Rock Amen.

 

Translation by Pat Metcalf

 

AGOSTO 6

MI ROCA FUERTE

Salmo 31:1-3

¡Sé tú mi roca fuerte y la fortaleza para salvarme!

Salmo 31: 2b

            ¿Han tratado alguna vez de cruzar un riachuelo saltando de roca en roca?

            Mientras las piedras se hallan cerca una de la otra y parecen lo suficientemente grandes como para apoyar nuestros pies, experimentamos un sentido de seguridad, vamos avanzando lentamente, guardando el equilibrio en cada salto antes de dar el próximo.

            Pero en algunas ocasiones la roca siguiente parece estar un poco lejos de nuestro alcance, y la duda o el temor nos paralizan, detenemos el movimiento, no hay progreso ni satisfacción, más bien abandonamos el intento si nos parece que el agua es profunda.

            El verdadero desafío se halla en seguir adelante, es una verdadera prueba de fe el tener los pies en el vacío, sin apoyo. Pero con la intuición de que lo lograremos, con el valor de dejar atrás la rigidez o el temor, podemos lanzarnos y abrazar una nueva visión más allá de nuestras incertidumbres.

            Esto es lo que comparo a confiar en Dios, aún con los pies en el aire, fuera de la roca, podemos percatarnos de su presencia segura, como fortaleza que nos salva.

 

Oración: Permítenos, Señor, sentirte a cada instante, y hacer de Ti nuestra Roca fuerte. Amén.

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