AUGUST 11
WORKING WITH HUMILITY
2 Thessalonians 3: 7-9
…such people we command and urge in the Lord Jesus Christ that they settle down and earn the food they eat.
2 Thessalonians 3: 12 (NIV)
When I speak or write about work, my father, a quiet farmworker who seemed to have been born to work and share the fruits of his labor always comes to mind. I recall that in difficult times, when there wasn’t much to subsist upon, he would share what he had harvested with neighbors, knowing that this was possibly the only food they would have to eat. I miss those times of comradery when the problems of some were everyone’s problem.
In the Letter to the Thessalonians, the Apostle Paul refers to the difficulties related to those who ordinarily didn’t join in the work and exhorted them all to earn their own bread. I ask myself: are there perhaps people in our church who, as Paul says, don’t work but meddle in other’s business?
God created Adam and put him in a garden so that he labored and enjoyed its proceeds. Today, we also have our “garden,” with the conditions appropriate to our times of work. In the church we’re a community sharing work according to the gifts we have. God calls us to shared work, to further the project of love and service so that the Kingdom may be realized among us.
Prayer: Lord, help us to work with good will and humility in our churches. In Jesus. Amen.
Translation by John Walter
AGOSTO 11
TRABAJANDO CON HUMILDAD
2 Tesalonisenses 3: 7-9
A todos mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo que trabajando coman su propio pan.
2 Tesalonicenses 3: 12
Siempre que hablo o escribo sobre el trabajo, me viene a la mente mi padre, un campesino callado, que parecía haber nacido para trabajar y compartir el fruto de su trabajo. Recuerdo que en tiempos difíciles, cuando no había suficiente para subsistir, compartía de lo que cosechaba con los vecinos, sabiendo que posiblemente ese sería el único alimento que tendrían para comer. Extraño aquel tiempo de camaradería, cuando los problemas de unos eran problemas de todos.
En la carta a los Tesalonicenses, el apóstol Pablo se refiere a las dificultades relacionadas con los que no se incorporaban ordenadamente al trabajo y exhortaba a todos a ganarse su propio pan. Me pregunto: ¿Acaso hay en nuestras iglesias algunos que, como dice Pablo, “no trabajan y se entrometen en lo ajeno”?
Dios creó a Adán y lo colocó en un huerto para que lo labrara y disfrutara del producto. Hoy tenemos también nuestro “huerto”, con las condiciones propias de nuestro tiempo para trabajar. En la iglesia, somos una comunidad para compartir el trabajo usando los dones que tenemos. Dios nos llama al trabajo compartido para llevar adelante el proyecto de amor y servicio, para que se haga realidad el Reino entre nosotros.
Oración: Señor, ayúdanos a trabajar con voluntad y humildad en y por nuestra Iglesia. Por Jesús. Amén.
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