Wednesday, August 10
A
LOVE WITHOUT PRETENSES
ROMANS
8:9-18
May
love be without pretense.
Reject
evil and follow the good.
Romans
8:9
I
have a friend I admire greatly. She always has a smile on her lips, and for her
there is no difficult challenge or task that’s impossible. For my friend daily
difficulties are not a reason for complaint, but for the opportunity to struggle
and live life intensely. My friend carries upon her shoulders the problems of
nearly the entire family. She’s the one who goes to the hospital with every sick
person, who helps the children with their tasks, plays hide and seek with them,
while she is cooking or doing laundry.
Furthermore,
my friend is a woman of faith, and has a fervent spirit. I always say that her
home is a house of open doors, as she houses a mission of the church, and her
rooms become Sunday school classrooms. And her small table expands to make room
for children, youth and elderly in communal dinners.
At times
I ask her: How is it possible that you’re always in a good mood? A smile is her
reply. Her testimony makes me reflect on the way to build the kingdom in daily
life, with this devotion moved by love. A vivid and real love, without any pretensions.
Prayer: Lord, teach us to live intensely, serving and
sharing your good news. Don’t let our bad mood keep us from enjoying the great
blessings you give us each day. Amen
Translated
by John Walter
UN AMOR SIN FINGIMIENTOS
ROMANOS 8:9-18
El amor sea sin fingimiento.
Aborreced lo malo y seguid lo bueno
Romanos 8:9
Tengo una amiga a la cual admiro muchísimo. Mi amiga siempre tiene una
sonrisa en los labios, y para ella no hay reto difícil ni tarea imposible. Para
mi amiga las dificultades cotidianas no son motivo de queja, sino posibilidades
de luchar y vivir intensamente. Mi amiga carga sobre sus espaldas los problemas
de casi toda la familia. Es ella quien va al hospital con cada enfermo, quien
ayuda con sus tareas a los niños y las niñas de la casa y del barrio, quien
juega a los escondidos con ellos mientras cocina o lava. Mi amiga es además una
mujer de fe y tiene un espíritu ferviente. Siempre digo que su hogar es una
casa de puertas abiertas, pues tiene en su casa una misión de la Iglesia y sus
habitaciones se convierten en salones de escuela dominical. Además su pequeña
mesa se ensancha para darles espacio a niños, jóvenes y ancianos en una cena
comunitaria. A veces le pregunto ¿Cómo es posible que siempre estés de buen
humor? Su respuesta es una sonrisa. Su
testimonio me hace reflexionar en la manera de construir el reino en lo
cotidiano, con esa entrega movida por el amor. Un amor vívido y real, sin
fingimientos.
Oración: Señor, enséñanos a vivir
intensamente, sirviendo y compartiendo tu buena noticia. No permitas que
nuestro mal humor no nos deje disfrutar de las grandes bendiciones que cada día
nos regalas. Amén.
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