Sunday,
February 24
SHARED SUFFERING
2 TIMOTHY 2:1-13
Join
with me in suffering, like a good soldier of Christ Jesus.
2
Timothy 2:3 (NIV)
We often find people
who are constantly complaining about their luck, speaking about their lack of
money and illnesses. Personally I think that we should be embarrassed to live
focused on complaints and grievances, or when we devote too much time to recollecting
a golden past that never was. Let us remember our Lord Jesus Christ, how much
he suffered to redeem us yet he never complained about his personal misfortunes
or family problems.
Let us look at the
apostle Paul, who wrote to you from prison and encourages you to witness to the
Lord Jesus, ignoring his suffering and content under any circumstances. Therefore,
let us not complain because God’s power is evident in our lives and may the
Gospel comfort us in our suffering, because it is the only true source of joy.
Prayer: Lord, I want to console
sufferers as one day I felt consoled by your Gospel. Help us to face life
positively and confidently, and to recognize that when we share our concerns we
can feel consoled and lighten our burdens. May we be more aware of your perfect
grace! Amen.
Translation by George Meek
LA AFLICCIÓN COMPARTIDA
2
TIMOTEO 2:1-13
Tú, pues, sufre
penalidades como buen soldado de Jesucristo.
2 Timoteo 2:3
A menudo
encontramos personas que viven quejándose de su suerte, hablando de sus
penurias y enfermedades. Personalmente pienso que deberíamos avergonzarnos al
vivir concentrados miserablemente en lamentaciones y quejas, o cuando dedicamos
demasiado tiempo a recordar un pasado dorado que nunca existió. Contemplemos al
Señor Jesucristo, cuánto sufrió por redimirnos y, sin embargo, nunca se quejó
de sus amarguras personales, ni de sus dificultades familiares.
Miremos al
apóstol Pablo que desde la prisión te escribe y te alienta a testificar del
Señor Jesús, olvidado de las penas que lo mortifican
y de las penurias que lo aguijonean.
Por eso,
elevemos el espíritu y que solo el testimonio y el poder de Dios se manifiesten
en nuestras vidas y que el Evangelio sea la única causa digna de sobrellevar el
sufrimiento, como es la única fuente del verdadero gozo.
Oración:
Señor, yo quiero consolar a los afligidos como un día me sentí consolado
por tu evangelio. Ayúdanos a enfrentar la vida de manera positiva y asertiva, y
a reconocer que cuando compartimos nuestras angustias, podemos sentirnos
consolados y aligerar nuestras cargas. ¡Qué seamos más conscientes de tu
sublime gracia! Amén.
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