Sunday, February 24, 2019

Sunday, February 24 SHARED SUFFERING 2 TIMOTHY 2:1-13


Sunday, February 24
SHARED SUFFERING
2 TIMOTHY 2:1-13

Join with me in suffering, like a good soldier of Christ Jesus.
2 Timothy 2:3 (NIV)
We often find people who are constantly complaining about their luck, speaking about their lack of money and illnesses. Personally I think that we should be embarrassed to live focused on complaints and grievances, or when we devote too much time to recollecting a golden past that never was. Let us remember our Lord Jesus Christ, how much he suffered to redeem us yet he never complained about his personal misfortunes or family problems.

Let us look at the apostle Paul, who wrote to you from prison and encourages you to witness to the Lord Jesus, ignoring his suffering and content under any circumstances. Therefore, let us not complain because God’s power is evident in our lives and may the Gospel comfort us in our suffering, because it is the only true source of joy.

Prayer: Lord, I want to console sufferers as one day I felt consoled by your Gospel. Help us to face life positively and confidently, and to recognize that when we share our concerns we can feel consoled and lighten our burdens. May we be more aware of your perfect grace! Amen.
  

Translation by George Meek
LA AFLICCIÓN COMPARTIDA
2 TIMOTEO 2:1-13

Tú, pues, sufre  penalidades como buen soldado de Jesucristo.
2 Timoteo 2:3
A menudo encontramos personas que viven quejándose de su suerte, hablando de sus penurias y enfermedades. Personalmente pienso que deberíamos avergonzarnos al vivir concentrados miserablemente en lamentaciones y quejas, o cuando dedicamos demasiado tiempo a recordar un pasado dorado que nunca existió. Contemplemos al Señor Jesucristo, cuánto sufrió por redimirnos y, sin embargo, nunca se quejó de sus amarguras personales, ni de sus dificultades familiares.

Miremos al apóstol Pablo que desde la prisión te escribe y te alienta a testificar del Señor Jesús, olvidado de las penas que lo mortifican y de las penurias que lo aguijonean.

Por eso, elevemos el espíritu y que solo el testimonio y el poder de Dios se manifiesten en nuestras vidas y que el Evangelio sea la única causa digna de sobrellevar el sufrimiento, como es la única fuente del verdadero gozo.

Oración: Señor, yo quiero consolar a los afligidos como un día me sentí consolado por tu evangelio. Ayúdanos a enfrentar la vida de manera positiva y asertiva, y a reconocer que cuando compartimos nuestras angustias, podemos sentirnos consolados y aligerar nuestras cargas. ¡Qué seamos más conscientes de tu sublime gracia! Amén.


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