Monday, September 9
LISTEN TO THE VOICE OF GOD
ZECHARIAH 7:8-14
But they refused to pay attention; stubbornly they turned
their backs and covered their ears. They made their hearts as hard as flint and
would not listen to the law or to the words the Lord almighty had sent by his
Spirit through the earlier prophets.
(NIV)
Zechariah 7:11-12
The ruin of the people of Israel described in the Old
Testament had, as root cause, its denial to listen to the Lord’s voice. Behold
some of the errors of the people that constitute our errors as well today:
They didn’t want to listen: This is the first step of
decadency. We don’t listen either when we read the Bible superficially, letting
ourselves be distracted. To listen is to reflect on what is read and later put
it into practice.
They turned their backs: We get an exhortation, but we
refuse to submit to it, in such a manner that the Word ends up losing its
authority over us.
Cover your ears: This is one step more toward ruin,
spiritual deafness. God´s Word comes to
man as a succession of stories or thoughts that now have no impact on the
conscience.
They hardened their hearts like diamonds: The diamond is
the hardest material known. Nothing makes a dent, and it can only be polished
with its own powder. Hardening the heart constitutes the last stage of
rejection.
Prayer: God of love, work in us so that we can hear
and obey you. Amen.
Translation by John Walter
ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS
ZACARÍAS 7:8-14
No quisieron escuchar, antes volvieron la
espalda
y taparon sus oídos para no oír; y
pusieron su corazón
como diamante, para no oír la ley ni las
palabras
que el Señor de los ejércitos enviaba por
su Espíritu.
Zacarías 7:11-12
La ruina del pueblo de Israel, descrita en el
Antiguo Testamento, tenía como causa profunda su negativa de escuchar la voz
del Señor. He aquí algunos de los errores del pueblo que constituyen errores
nuestros también hoy:
No quisieron escuchar: Este es el primer paso de
la decadencia. Nosotros tampoco escuchamos cuando leemos la Biblia de modo
superficial, dejándonos distraer. Escuchar es reflexionar en lo que se leyó y
luego ponerlo en práctica.
Volvieron la espalda: Nos llega una exhortación,
pero rehusamos someternos a ella, de tal manera que la Palabra termina por perder
su autoridad sobre nosotros.
Taparon sus oídos: Este es un paso más hacia la
ruina, la sordera espiritual. La Palabra de Dios llega a ser como una sucesión
de relatos o pensamientos que ya no tienen impacto alguno sobre la conciencia.
Pusieron su corazón como diamante: el diamante es
el cuerpo más duro que existe. Nada le hace mella; y sólo puede ser pulido con
su propio polvo. Endurecer el corazón constituye la última etapa del rechazo.
Oración: Dios de amor, obra en nosotros para que podamos
oírte y obedecerte. Amén.
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