Sunday, September 15, 2019

Sunday, September 15 THE RIDDLE OF HOPE 1 CORINTHIANS 3:1-11


Sunday, September 15
THE RIDDLE OF HOPE
1 CORINTHIANS 3:1-11

Because we are coworkers in God’s service… (NIV)
1 Corinthians 3:9a

Nicolás Guillén, our national poet, was born in Camagüey in 1902, and has been considered as one of the most notable and great national poets of Cuban literature. Among his many compositions there’s one that lends the title to today’s meditation: “The Riddle of Hope.”   

In this work there’s a phrase that, when I read it, I can’t avoid thinking about the church. “What’s mine is yours, what’s yours is mine.” For many, the church is the pastor’s private enterprise. Sometimes I see my pastor racing from one place to another, forced to become the orchestrator –
and don’t think I’m criticizing him— rather I commiserate with him. Sometimes I feel that for many lay people of the church this is a pastor’s problem.

In order not to be unfair, I must confess that, unfortunately, for some pastors and pastoralists the church is not their problem, rather that it’s up to the session or the congregation. The Church of Christ is an instrument chosen by God as part of his plan to achieve reconciliation with humanity. Its mission is that of bringing the Gospel to the world. This obligation falls upon all those who have had an opportunity to know Jesus.  

The gifts are diverse. Every one of us should be where our strengths and abilities are best suited. We all are committed to giving a testimony in the name of Him who has called us. The church is neither of one nor of the other. Here the aforementioned poet’s “riddle of hope” is made real: What’s mine is yours; what’s yours is mine.”   

Prayer: Lord, help me to understand that alone we can accomplish nothing. May I accept the assistance others offer me and offer my help to those that need it. In Christ. Amen.  


 Translation by John Walter

ADIVINANZA DE LA ESPERANZA
1 CORINTIOS 3:1-11

Porque nosotros somos colaboradores de Dios…
1 Corintios 3:9a

Nicolás Guillén, nuestro poeta nacional, nació en Camagüey en 1902 y ha sido considerado como uno de los grandes poetas costumbristas más notables de la literatura cubana. Entre sus muchas composiciones hay una que da el título a nuestra meditación de hoy “Adivinanza de la esperanza”. En esta obra hay una frase que cuando la leo no puedo sustraerme de pensar en la Iglesia: “Lo mío es tuyo, lo tuyo es mío”. Para muchos, la Iglesia es una empresa particular del pastor o la pastora. A veces veo a mi pastor dar carreras de un lugar a otro, obligado a convertirse en el hombre orquesta; y no crean que lo critico, más bien lo compadezco. A veces siento que, para muchos laicos de la Iglesia, ésta es un problema del pastor. Para no ser injusto, debo confesar que lamentablemente para algunos pastores y pastoras la Iglesia no es su problema, sino que es asunto del consistorio o del resto de la congregación. La Iglesia de Cristo es un instrumento elegido por Dios como parte de su plan para lograr la reconciliación con el ser humano. Su misión es la de llevar el Evangelio al mundo. Esta obligación recae sobre todos aquellos que han tenido la oportunidad de conocer a Jesús. Los dones son diversos. Cada uno de nosotros debe estar donde le permitan sus fuerzas y capacidades. Todos estamos comprometidos a dar un testimonio en nombre de Aquel que nos ha llamado. La Iglesia ni es de unos ni es de otros. Aquí se hace realidad la adivinanza de la esperanza del mencionado poeta: “Lo mío es tuyo, lo tuyo es mío”.


Oración: Señor, ayúdame a entender que solos no podemos con nada. Permíteme aceptar la ayuda que me ofrezcan los demás, y brindar mi ayuda a quienes lo necesitan. Por Cristo Jesús, amén.



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