Thursday, April 18

DOERS OF HIS WORD

ACTS 8: 26-40

Then Philip ran up to the chariot and heard the man reading Isaiah the prophet. “ Do you understand what you are reading?” Philip asked. “ How can I,” he said, “ unless someone explains to me?” So he invited Philip to come up and talk to him.

Acts 8:30-31NIV

We are called to share the Gospel, and, like Philip, we have no choice but to obey God’s call. Philip is forceful, goes without hesitation, and acts with the certainty that God places us in the right place at the right time. On the other hand, there is the Ethiopian, who without being able to understand  what he was reading, and even above his rank, invites Philip to join him on his way and listens to him attentively. The Ethiopian so accepts the presence of God in Jesus that he interrupts his journey to be baptized. Both cases are worth appreciating: Philip, who is moved by his heart to go where God calls; and the Ethiopian, who humbly opens his ears to listen and receive this new message of hope.

May we be bridges of the saving word, and above all, may we have a humble heart ready to listen to what God wants to tell us.

 

Prayer: Wise God, may we not only be hearers, but doers of your word. Amen.

 

Translation by Pat Metcalf

 

Jueves, 18 de abril

HACEDORES DE SU PALABRA

Hechos 8: 26-40

Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.

Hechos 8:30-31

Estamos llamado a compartir el Evangelio, y, como Felipe, no queda de otra que obedecer ante el llamado de Dios. Felipe es contundente, va sin vacilar, y actúa con la seguridad que de Dios nos coloca en el lugar y momento adecuado. Por otra parte, está el etíope, que sin lograr entender bien lo que leía, y aún por encima del rango que ostentaba, invita a Felipe a que se una a su camino y le escucha atentamente. El etíope acepta de tal modo la presencia de Dios en Jesús, que interrumpe su viaje para recibir el bautizo. Ambos casos son dignos de apreciar: Felipe, que va movido por su corazón a donde Dios llama; y el etíope, que humildemente, abre sus oídos para escuchar y recibir ese mensaje nuevo de esperanza.

Que seamos puentes de la palabra salvadora, y que, sobre todo, dispongamos el corazón humilde para escuchar lo que Dios quiera decirnos.

 

Oración: Dios sabio, permite que no solo seamos oidores, sino hacedores de tu palabra. Amén.