Friday, October 26
AN INTERGENERATIONAL GOD
ROMANS 8:31-39
…neither height nor depth, nor anything
else in all creation,
will be able to separate us from the
love of God that is in Christ Jesus our Lord.
Romans 8:39 (NIV)
Invariably when we make a human image of God, it is a somber
adult God, or a very wise elder, who is in control of all situations. Of course
our images of God are always limited and don’t exhaust the possibilities of
what God is like, but I would like to challenge you today to think about our
God as a boy or girl, tireless and funny, who invites us to show ourselves as
we are, to share our joys, to play and sketch life in many colors. Perhaps we
can also imagine God as a youth who always fills time and history with new
music, a young God who never tires of fighting, loving, dreaming, and sharing. A
God who never tires of learning and looking for new alternatives. A God who
loves life. This way we can feel that we believe in an intergenerational God, who
is also adult or elderly, who cares for, accompanies, and protects, but also
loves the time he spends with his sons and daughters, grandsons and
granddaughters.
This is the God who has been from the beginning to the end, an
intergenerational God.
Prayer: We
thank you, God of life, because you show yourself in different ways, breaking
stereotypes and the narrowness of our minds. Help us to find you in every area
of our lives. Amen.
Translation by George Meek
DIOS DE GENERACIONES
ROMANOS 8:31-39
¡Nada podrá separarnos del amor
que Dios
nos ha mostrado en Cristo Jesús
nuestro Señor!
Romanos 8:39
Casi siempre, cuando nos hacemos una imagen humana
de Dios pensamos en un Dios adulto y muy serio, o en un anciano muy sabio, que
tiene el control de todas las situaciones. Por supuesto que nuestras imágenes
de Dios siempre serán limitadas y no agotan lo que Dios es, pero me gustaría
hoy retarles a pensar en nuestro Dios niño o niña, incansable, divertido, que
nos invita a mostrarnos tal como somos, a compartir nuestras alegrías, a jugar
y a dibujar la vida con muchos colores. Quizás podemos pensar también en un
Dios joven, que colma de música siempre nueva el tiempo y la historia, un Dios
joven que no se cansa de luchar, de amar, de soñar y compartir. Un Dios que no
se cansa de aprender y buscar nuevas alternativas. Un Dios enamorado de la
vida. De esta manera podemos sentir que
creemos en un Dios de generaciones, que es también adulto o anciano, que cuida,
acompaña, protege, pero también se deja amar y disfruta el tiempo que pasa con
sus hijos e hijas, nietos y nietas.
Ese es nuestro Dios el que ha estado desde el
principio y hasta el fin, el Dios de generaciones.
Oración: Te agradecemos Dios de la
vida, porque te muestras de disímiles maneras, rompiendo todos los esquemas y
la estrechez de nuestra mente. Ayúdanos
a descubrirte en cada etapa de nuestras vidas. Amén.
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