Wednesday, October 17
TRUSTING IN HIS MERCY
MATTHEW 12:7
Finally, all of you be of one mind,
sympathetic, lovers of your fellow believers,
compassionate, and modest in your opinion
of yourselves.
1 Peter 3:8 CEB
As believers in Jesus Christ we live trusting in his mercy. We know that life demands of us strength,
wisdom and courage that many times we do not have. Then we are afraid of life itself, that we
will be destroyed by the blows we receive, and we turn our eyes to the heights,
crying for mercy. When we trust in God’s
mercy, we confront life with a victorious attitude despite our weaknesses. It is good to reflect on this and to remember
those who live around us and hope for mercy from us. We cannot tire of doing good and doing it
with joy. Let’s begin with our sons and
daughters and let’s extend our mercy toward all who need our generous
support.
When we see that we are amazed and worried about the
manifestations of evil, hatred and selfishness that are in today’s world, let
us think with care that we form part of this world and it could be that our way
of life reflects all that is around us in spite of our knowing the Gospel of
Jesus Christ. Our daily action must be
permeated with the love of God and for our neighbors, with the same sacrificial
spirit with which Christ taught us to love.
Let us look around us and we will see a world in need of God’s
mercy and we will remember that God offers mercy through those who become
instruments of his divine plans.
Prayer:
I ask, Lord, that you help us to live trusting in your mercy. Make us carriers and multipliers of this
mercy in the world. Through
Jesus, Amen
Translation by Deborah
McEachran
CONFIADOS EN SU MISERICORDIA
MATEO 12:7
En fin, vivan todos ustedes en
armonía, unidos en un mismo
sentir y amándose como hermanos.
Sean bondadosos y humildes
1 Pedro 3:8
Los creyentes en Jesucristo vivimos confiados en
su misericordia. Sabemos que la vida demanda de nosotros una fortaleza, una
sabiduría y un valor que muchas veces no tenemos. Entonces sentimos miedo de la
vida misma, a ser destruidos por los golpes que recibimos, y volvemos los ojos
a lo alto clamando misericordia. Cuando confiamos en su misericordia,
enfrentamos la vida con actitud victoriosa a pesar de nuestras debilidades. Es
bueno reflexionar en esto y recordar a aquellos que viven en nuestro derredor y
esperan de nosotros misericordia. La bondad y la compasión son manifestaciones
de misericordia. No podemos cansarnos de hacer el bien y hacerlo con alegría.
Comencemos por nuestros hijos e hijas y prolonguemos nuestra misericordia hacia
todos los que necesitan un apoyo generoso.
Cuando miramos asombrados y preocupados las
manifestaciones de maldad, odio y egoísmo que tienen lugar en el mundo de hoy,
pensemos con detenimiento que nosotros formamos parte de ese mundo y pudiera
ser que nuestra forma de vida sea la imagen de todo cuanto nos rodea a pesar de
que conocemos el Evangelio de Jesucristo. Nuestra acción diaria ha de estar
permeada del amor a Dios y a nuestros semejantes, con el mismo espíritu
sacrificial con que Cristo nos enseñó a amar.
Miremos a nuestro alrededor y veremos un mundo
necesitado de la misericordia de Dios y recordemos que Dios hace misericordia a
través de aquellos que se convierten en instrumentos de sus planes divinos.
Oración: Te pido, Señor, que
nos ayudes a vivir confiados en tu
misericordia. Haznos portadores y multiplicadores de esa misericordia en el
mundo. Por Jesús, amén.
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