Thursday, October 18
LIVING ALSO FOR THE
OTHER
MARK 12:28-34
…and you must love the
Lord your God with all your heart, with all your being,
with all your mind, and
with all your strength.
Mark 12:30 CEB
It is true that each
one is responsible for his or her own life, but we should not be so preoccupied
with our own problems and difficulties that we fail to care about the problems
and needs of others. To live for oneself
is to perish. Jesus said that the first and greatest commandment was to love
God with all the heart and mind, and the second was to love the neighbor as
oneself.
For Christ, the cross
signifies the means of sacrifice for others.
For us Christians, the cross of Christ represents the challenge to live
in constant love for others.
When we are capable of
thinking about others and giving ourselves for others, we are truly sons and
daughters of God. Happiness is not a personal belonging, and even when rationed,
it is to be consumed collectively.
Prayer: Bless us, beloved
God, and give us the grace to care for all your creation as you have taught
us. Forgive us when we behave selfishly,
and we think only of our own happiness.
Help us to live for others, in the way that your Son Jesus did during
his ministry. Amen.
Translation by Deborah
McEachran
VIVIENDO
TAMBIÉN POR LOS DEMÁS
MARCOS
12:28-34
Ama al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda
tu mente y con todas tus fuerzas
Marcos
12:30
Es verdad que
cada uno es responsable de su propia vida, pero no debemos absorbernos tanto en
nuestros propios problemas y dificultades que descuidemos los problemas y los
asuntos de los demás.
Vivir para sí
mismo es perecer. Jesús dijo que el primero y gran mandamiento era amar a Dios
con todo el corazón y toda la mente, y el segundo amar al prójimo como a sí
mismo.
La cruz
significó para Cristo el medio de sacrificarse por los demás. Para nosotros los
cristianos, la cruz de Cristo significa el reto para que vivamos en constante
amor para los demás.
En la medida en
que seamos capaces de pensar en otros y darnos por otros, es que seremos
verdaderamente hijos e hijas de Dios. La felicidad no es un artículo personal,
aunque está racionada, es de consumo colectivo.
Oración:
Bendícenos Dios amado, y danos la gracia de cuidar de toda tu creación como
tú nos enseñaste. Perdónanos cuando nos compartamos egoístamente, y pensamos
solo en nuestra felicidad. Ayúdanos a vivir por los demás, así como lo hizo tu
Hijo Jesús durante su ministerio. Amén.
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