March 28

THE DANGER OF REVENGE

Romans 12:17-21

Beloved, never avenge yourselves, but leave room for the wrath of God

Romans 12:19 (NRSV)

Uncontrolled bitterness often incites revenge. When we yield to the spirit that leads us to respond with the same currency, we are violating the text we read today.

It may be that others have hurt us, but it isn’t our responsibility to punish them. They must face God, with their sin, and God is a just judge.

Looking for the good in others does not mean overlooking their sins. It would not be good to allow those around us to continue a sinful and irresponsible lifestyle.

We must seek good in others without angry threats, but with kindly admonitions. It is necessary to solve problems and find a solution to conflicts, but we will not achieve it when tempers are flaring, and even less by appealing to violence.

Don’t condemn yourself for feeling angry. This feeling means that you have the capacity to be profoundly moved by something you think hurts you, because that is important. Let that concern lead you to take constructive action. Recognize these feelings of anger before God and a friend and ask them both to help you respond creatively to the situation.

 

Prayer: Thank you God, for not being angry with me when I fail. Bless my efforts to extend the same courtesy to those around me. Amen.

 

Translation by Susan Metcalf Smith

 

Marzo 28

EL PELIGRO DE LAS REPRESALIAS

Romanos 12:17-21

No os  venguéis vosotros mismos, sino dejad lugar a la ira de Dios

Romanos 12:19

La amargura descontrolada suele incitar a la venganza. Cuando cedemos al espíritu que nos lleva a responder con la misma moneda, estamos violando el texto que leímos hoy.

Puede que los demás nos hayan lastimado, pero no es nuestra responsabilidad castigarlos. Ellos deben enfrentarse a Dios con su pecado, y Dios es un juez justo.

Buscar el bien de los demás no significa pasar por alto su pecado. No sería bueno permitir que los que nos rodean continuaran con un estilo de vida pecaminoso e irresponsable.

Debemos buscar su bien no con amenazas furiosas, sino con amonestaciones bondadosas. Es necesario resolver los problemas y encontrar una solución a los conflictos, pero no la conseguiremos cuando los ánimos estén caldeados, y mucho menos apelando a la violencia.

No te condenes por sentir enojo. Ese sentimiento indica que tienes la capacidad de conmoverte profundamente por algo que piensas que te hiere pues es importante. Permite que esa preocupación te lleve a realizar una acción constructiva. Reconoce esos sentimientos de enojo delante de Dios y de un amigo y pídele a ambos que te ayuden a responder creativamente a la situación.

 

Oración: Gracias Dios, porque no te enojas conmigo cundo fallo. Bendice mis esfuerzos de extender la misma cortesía a los que me rodean. Amén.