Anniversary of the Presbyterian Reformed Church of Nueva Paz (New Peace)
Thursday, May 30th
“God is always there”
“I sought the Lord and He answered me…”
Psalm 34:4 y Isaiah 66:3 (NIV)
My father was always very special to me because of all the love and tenderness with which he raised me. When he physically departed, I was by his side caring for him. I read the Bible to him and ran my hand through his hair, kissed his forehead and prayed. But until that moment, I had not realized just how close God was, and that he is truly a living God of love.
Something occurred within me, that reminded me of the Lord’s Prayer, which I had learned by heart when I was a girl, and I prayed it once more. Instantly, I could see the great God we have, filling my father with much Peace and so, he departed peacefully from this world.
I left that hospital room and looked for a place to sit down under the starry, early morning sky. A very soft breeze wrapped itself around me and an almost imperceptible drizzle of rain touched me. There was God in a sweet caress, telling me: you are not alone, I am with you, I love you.
Prayer: Our Father, thank you for your great, unconditional love for your children. I pray for your mercy and compassion for those who suffer the loss of a loved one. Amen.
Translation by Susan Metcalf Smith
Aniversario IPR de Nueva Paz
Jueves, MAYO 30
“Dios siempre está ahí”
“Busqué a Jehová y Él me oyó…”
Salmo 34, 4 y Isaías 66, 3
Mi padre fue siempre alguien muy especial para mí por todo el amor y ternura con que me educó. Al partir físicamente, yo estaba junto a él cuidándolo. Le leía la Biblia y le pasaba la mano por sus cabellos, besaba su frente y oraba. Pero hasta ese momento me había percatado de la cercanía de Dios, y que es realmente un Dios vivo, de amor.
Algo ocurrió dentro de mí, que recordé el Padre Nuestro, que había aprendido de memoria, de niña y ore una vez más. Al instante pude constatar a ese Dios tan grande que tenemos, llenando a mi padre de mucha Paz y así partió apaciblemente de este mundo.
Salí de aquella sala de Hospital, busqué un lugar para sentarme bajo el cielo estrellado de la madrugada, una brisa muy suave me envolvía y una llovizna casi imperceptible me tocó. Ahí estaba Dios en una dulce caricia, diciéndome: No estás sola, estoy contigo, yo te amo.
Oración: Padre Nuestro, gracias por tu gran amor incondicional por tus hijos. Ruego por tu misericordia y compasión para aquellos que sufren la pérdida de un ser querido. Amén.
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