Anniversary of the “Getsemaní” Presbyterian-Reformed Church (San José de los Ramos)
Sunday, May 5
GOD DOES NOT UNDERSTAND EXCLUSION
Acts 10: 25-26.34-35. 44-48
“Stand up; I am only a mortal.”
Acts 10:26b (NRSV)
In a world where the walls are continually higher, the bars stronger, the windows more closed, where that which does not agree with the uniform is left aside, where the different ceases to be wealth or blessing, and becomes a banner of exclusion. and discrimination building islands that separate us. Knowing that we are daughters and sons of a God who is no respecter of us is one of the most urgent lessons for our way of understanding and living.
The Spirit manifests itself on those who are willing to listen to the Word of a God who does not understand exclusions, to recognize that the opportunity to open ourselves, to prepare ourselves to encounter the other, comes from God. It necessarily fills us with confidence and at the same time it should encourage us, as the image of God, to put into practice this maxim that we find in the text in the words of Peter: “Get up, for I too am only a mortal.”
Prayer: God of abundant life, help us to live accepting and loving without exceptions. Amen.
Translation by John Potter
Aniversario IPR “Getsemaní” (San José de los Ramos)
Domingo, 5 de mayo
DIOS NO ENTIENDE DE EXCLUSIONES
Hechos 10: 25-26.34-35. 44-48
... Levántate, que también yo soy un ser humano.
Hechos 10:26b
En un mundo donde continuamente son más altos los muros, más fuertes las rejas, más cerradas las ventanas, donde aquello que no comulga con lo uniforme es dejado al margen, donde lo diferente deja de ser riqueza, bendición, para convertirse en estandarte de exclusión y discriminación, para construir islas que nos separan. El sabernos hijas e hijos de un Dios que no hace acepción de nosotros, es uno de los aprendizajes más urgentes para nuestra manera de entender y vivir.
El Espíritu se manifiesta sobre quienes se disponen a escuchar la Palabra de un Dios que no entiende de exclusiones, reconocer que la oportunidad de abrirnos, de disponernos al encuentro con el otro y la otra, viene de Dios; necesariamente nos llena de confianza y al mismo tiempo debe impulsarnos como imagen de Dios a poner en práctica esta máxima que en el texto encontramos en las palabras de Pedro: Levántate, que también yo soy un ser humano.
Oración: Dios de vida abundante y plena, ayúdanos a vivir aceptando y amando sin excepciones. Amén.
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