Tuesday, July 16

CHANGE. LEAVE BEHIND

Matthew 11: 20-24

Then Jesus began to denounce the towns in which most of his miracles had been performed, because they did not repent.  (NIV)

Matthew 11:20

For some Christians, conversion is repentance. However, converting is also “being born of water and the Spirit” and giving witness. To do this, it is not enough to repent of what damages, affects or lacerates our lives or the lives of those around us. It is not enough to recognize that we are outside the path that Jesus offers us.     

Conversion to Jesus’ proposal is a response to the call he makes to us, and reaches its deepest meaning when we are capable not only of repenting but of assuming it as a personal decision that comprises the entire being and doing of our human essence. By leaving behind, abandoning everything that prevents the total following of Christ: apathy, fears, judgments, resentments, lack of love and selfishness. To convert is to dare to live day by day, transforming ourselves while we experience the action of God, his wonders and miracles in us.

 

Prayer: Allow, Lord, that we can live this day as an opportunity for personal transformation and commitment to your calling. Amen.

 

Translation by John Walter

 

Martes, 16 de julio

Convertirse: dejar atrás

Mateo 11: 20-24s

Entonces comenzó Jesús a reprender a los pueblos donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque la gente no se había convertido a Dios.

Mateo 11:20

Para algunos cristianos y cristianas la conversión es arrepentimiento. Sin embargo, convertirse es también “nacer de agua y del Espíritu” dando testimonio. Para ello no basta arrepentirse de aquello que daña, afecta o lacera nuestras vidas o la vida de quienes nos rodean, no basta con reconocer que estamos fuera del camino que Jesús nos ofrece.

La conversión a la propuesta de Jesús es respuesta al llamado que nos hace, y alcanza su sentido más profundo cuando somos capaces no solo de arrepentirnos sino de asumirla como una decisión personal que compromete todo el ser y hacer de nuestra esencia humana, dejando atrás, abandonando todo aquello que impide el seguimiento total a Cristo: la apatía, los miedos, los juicios, rencores, desamores y egoísmos. Convertirse es atreverse a vivir día a día transformándonos mientras experimentamos la acción de Dios, sus maravillas y milagros en nosotras y nosotros.

 

Oración: Permite Señor que podamos vivir este día como una oportunidad de transformación personal y compromiso con tu llamado. Amén.