October 20, Sunday

LORD YOU ARE MY STRENGTH

Psalm 18

“You Lord, are my strength, I love you,”

Psalm 18:1 (NIV)

The psalms were always inspiration and hope for those who wrote them and have come down to us today as a legacy of those who found strength in the Lord of history.

To have strength is the capacity with vigor and robustness to move something or someone with considerable weight or make resistance to the action that is performed; this is understood as coming from the person, unless we begin to feel it in other ways, and if we trust that our strength comes from another source. It is very much of our time to trust in individual strengths and at the same time to use them excessively for anything but doing good.

The invitation is to trust in God, in his protection and to recognize him in our lives as the force that drives us on the path, resulting from that trust and recognition: love as a supreme gift.

Prayer: Strong God, thank you for your protective and supportive arm. We ask that, as you have shown yourself compassionate and merciful to your children, we continue to recognize you as the protector and strength of our lives. In the name of your beloved son Jesus. Amen

Translation by Pat Metcalf

 

Octubre 20, domingo

SEÑOR TU ERES MI FUERZA

Salmo 18

“Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo!”.

Salmo 18,1

Los salmos son siempre inspiración y esperanza para quienes los escribieron y han llegado hasta hoy como herencia de esos que encontraron la fuerza en el Señor de la historia.

Tener fuerza es la capacidad de con vigor y robustez se pueda mover algo o a alguien con peso considerable o haga resistencia a la acción que se realiza, esta es entendida desde lo personal, pero si lo comenzamos a sentir de otras maneras, y si confiamos que nuestra fuerza viene de otra fuente. Es muy de nuestros tiempos que se confíe en las fuerzas individuales y a la vez que se utilicen desmedidamente para cualquier cosa menos para hacer el bien.

La invitación es a confiar en Dios, en su protección y que le reconozcamos en nuestra vida como la fuerza que nos impulsa al camino, resultando de esa confianza y reconocimiento: el amor como don supremo.

Oración: Dios fuerte, gracias por tu brazo protector y solidario, te pedimos que, así como te has mostrado compasivo y misericordioso con tus hijos, sigamos reconociéndote como protector y fuerza de nuestra vida. En el nombre de tu hijo amado Jesús. Amén.