Friday, September 23, 2022

SEPTEMBER 23

AS SWEET AS HONEY

Ezekiel 2:9

He said to me, Mortal, eat this scroll that I give you and fill your stomach with it. Then I ate it; and in my mouth it was as sweet as honey.

Ezekiel 3:3 (NRSV)

            All foods, the fruits we eat and the drinks we drink, have their own flavor which we sense on our tongues and palates. This is one of the good properties that God put in food for our taste and discernment. As for flavors, foods are sweet or bitter, simple or acid, pleasant or unpleasant. All fruits have their own sweetness, but the sweetest of all is honey.

            This analogy of the sweetness of honey has practical applications in our lives. God’s Word, in its salutary effects is sweet to our spirit. We are surrounded by myriads of unpleasantness. If we come to God’s Word with the right attitude, we will taste something of the richness and exquisite character which flows from the precious teachings which God gives us in his Holy Word. Let us strive to spread a little sweetness around us.

            Filled with God’s Word, our lives will overflow with divine sweetness.

 

Prayer: Lord, grant that as we experience the sweetness of your love, we may sweeten the lives of others. Amen.

 

Translation by John Potter

 

SEPTIEMBRE 23

DULCE COMO LA MIEL

Ezequiel 2:9

Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.

Ezequiel 3:3

            Todos los alimentos, las frutas que se comen y las bebidas que se toman, tienen su propio sabor, el cual uno siente en la lengua y el paladar. Esta es una de las cosas buenas que Dios puso como propiedad en los alimentos para nuestro gusto y discernimiento. En cuanto a los sabores, los alimentos son dulces o amargos, simples o ácidos, agradables o desagradables. Todas las frutas tienen su  propio dulzor, pero lo más dulce que hay es la miel.

            Esta analogía de la dulzura de la miel tiene aplicaciones prácticas a nuestra vida. La Palabra de Dios en sus efectos saludables resulta dulce  a nuestro espíritu. Estamos rodeados de un sinfín de sinsabores. Si abordamos la Palabra del Señor en la actitud correcta, saborearemos algo de la ricura y la exquisitez que fluye de las preciosas enseñanzas que Dios nos da en su Santa Palabra. Esforcémonos a esparcir un poco de dulzura a nuestro alrededor.

            Llenos de la Palabra de Dios, nuestra vida se llena de la dulzura divina.

 

Oración: Señor, concédenos que al experimentar nosotros de la dulzura de tu amor, endulcemos la vida de los demás. Amén.

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