Monday, June 2

Anniversary of the IPR Placetas

The Power of Prayer

John17: 20-26

“I ask not only on behalf of these, but also on behalf of those who will believe in me through their word. . . .”

John 17:20 (NRSV)

Intercession is an act of love and compassion. When we pray for others, we are lifting their needs before God, recognizing that we are not only concerned about ourselves but even more about the spiritual and emotional well-being of those around us; it is important to start looking well beyond our own needs and consider the needs of others. Our ability to intercede for others comes from our relationship with Christ.

That has a transforming effect in our own lives. In praying for those around us we are challenged to abandon our egocentrism and to cultivate a heart filled with love and compassion; we remind ourselves that we are part of a larger body where each member has a vital role to play. Our ability to intercede for others comes from our relationship with Christ. As we grow in our faith and in our  intimacy with him, our desire to pray for others also grows.

Prayer: Lord, I ask you to reach out your healing hand over the sick, that you give comfort to those who are afflicted, and that you brighten the path of those who feel lost. Amen.

Translation by John Potter

Junio 2, lunes

Aniversario de la IPR Placetas

El poder de la oración.

Juan 17: 20-26

“Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.”

Juan 17:20

La intercesión es un acto de amor y compasión. Cuando oramos por otros, estamos llevando sus necesidades ante adiós, reconociendo que no solo nos preocupamos por nosotros mismos, sino también por el bienestar espiritual y emocional de quienes nos rodean, es importante dejar de mirar más allá de nuestras propias necesidades y considerar las de los demás.

Tiene un efecto transformador en nuestras propias vidas. Al orar por los demás, somos desafiados a salir de nuestro egocentrismo y a cultivar un corazón lleno de amor y compasión, nos recordamos a nosotros/as mismos que somos parte de un cuerpo más grande, donde cada miembro tiene un papel vital. Nuestra capacidad para interceder por otros proviene de nuestra relación con Cristo. A medida que crecemos en nuestra fe y en nuestra intimidad con Él, también se expande nuestro deseo de orar por los demás.

Oración: Señor, te pido que extiendas tu mano sanadora sobre los enfermos, que les des consuelo a los que están afligidos y que ilumines el camino de aquellos que se sienten perdidos. Amén.