Friday, August 9, 2024

Friday, August 9

TRANSFORMATIONS FOR THE BETTER

Matthew 16: 24-28

“Whoever wants to be my disciple must deny themselves, take up their cross and follow me.”  (NIV)

Matthew 16.24

Life fills us with aspirations and desires. When we grow, new goals are incorporated, and some of them end up being the center of our existence. In this process, we condition our actions according to patterns and ways of relating that society imposes; along the way we can deny, abandon, or even violate other people, if we are completely locked into our own project.        

Following Jesus does not mean giving up our dreams, but it does mean rethinking the way we move toward them, which in no case includes affecting another person. Rather, it invites us to ask ourselves every day what good I can do for others, what listening may they need? How do I advance my personal aspirations while feeling that I can also contribute to my community of faith?

When we learn the dimension of words like forgiveness, brotherhood, service and neighbor, a transformation begins that inevitably requires us to renounce any attitude that impedes the well-being of others, or that distances us from collaborating in the construction of his Kingdom.

 

Prayer: God of life, may I have open ears and a heart ready to be transformed by your love in the hour of call. Amen

 

Translation by John Walter

 

Viernes, 9 de agosto

Transformaciones para el bien

Mateo 16: 24-28

El que quiera venir conmigo que renuncie a si mismo que tome su cruz y me siga.

Mateo 16.24

La vida nos va construyendo de aspiraciones y deseos. Cuando crecemos se van incorporando nuevas metas, y algunas de ellas terminan siendo el centro de nuestra existencia. En ese proceso vamos condicionando nuestro accionar según patrones y maneras de relacionarnos que la sociedad impone, y en el camino podemos negar, abandonar, o incluso violentar a otras personas, si estamos completamente encerrados en nuestro propio proyecto.

Seguir a Jesús no implica renunciar a nuestros sueños, pero sí replantearnos la manera de transitar hacia ellos, que en ningún caso incluye afectar a otra persona, más bien nos convida a preguntarnos cada día qué bien puedo hacer a otros, qué escucha puede necesitar la otra, cómo avanzar en mis aspiraciones personales sintiendo que puedo aportar también a mi comunidad de fe.

Cuando aprendemos la dimensión de palabras como perdón, fraternidad, servicio, prójimo comienza una transformación que inevitablemente nos va exigiendo renunciar a cualquier actitud que impida el bienestar de otros, o que nos aleje de colaborar en la construcción de su Reino.

 

Oración: Dios de vida, que en la hora del llamado tenga oídos abiertos y corazón dispuesto para ser transformado por tu amor. Amén.

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